martes, 10 de julio de 2012

Moluscos contagiosos: tan fácil, tan difícil

Los moluscos contagiosos son lesiones cutáneas causadas por un virus de la familia de los poxvirus (llamado "virus del molusco contagioso"). Como su propio nombre indica, estas lesiones pueden ser contagiosas (de persona a persona, o tras contacto con objeto contaminado), fundamentalmente entre los niños, aunque también pueden encontrarse en adultos (sobre todo inmunodeprimidos). Su periodo de incubación suele ser de entre 6 y 18 semanas. Cuando se encuentran en adultos y se localizan las lesiones en el área genital, suelen ser una enfermedad de transmisión sexual, y es importante descartar otras infecciones de transmisión sexual asociadas (VIH, hepatitis, sífilis, herpes, Chlamydia, etc).


Aunque completamente benignas y muy fáciles de diagnosticar en la gran mayoría de casos (como pequeñas pápulas "lesiones sobreelevadas" cupuliformes umbilicadas en su centro, y generalmente de diámetro menor a 5milímetros, y habitualmente asintomáticas ("sin dar molestia alguna"), pueden originar picor, o incluso dolor, sobre todo sin se inflaman o sobreinfectan (lo cual no es raro), y son contagiosas, por lo que suele optarse por tratarlas. 

Estas lesiones frecuentemente conllevan importantes quebraderos de cabeza a la hora de tratarlos, sobre todo si son niños, ya que la mayoría de tratamientos son dolorosos, y en muchos casos son múltiples las lesiones existentes. De hecho, en algunos centros llegan a realizar los tratamientos bajo sedación. 

Por otro lado, una opción en algunos casos sería una actitud expectante ("no tratar") pues es cierto que las lesiones terminan quitándose de forma espontánea, sin tratamiento alguno, aunque pueden pasar más de dos años hasta que dichas lesiones se resuelvan por sí solas, tiempo en que las lesiones seguirán siendo contagiosas (sobre todo para otros niños con los que contacten), por lo que como comentábamos previamente, por lo general se opta por el tratamiento.

Entre los posibles tratamientos, pueden realizarse tratamientos físicos (curetaje-raspado o pellizcamiento de las lesiones, crioterapia -originando quemaduras mediante nitrógeno líquido-, electrocoagulación -mediante bisturí eléctrico-) o químicos (aplicación de sustancias caústicas como el hidróxido de potasio). Una opción cada vez más aceptada, y en nuestra opinión el tratamiento de elección en la actualidad, sería la aplicación de cantaridina, con la cual se obtienen unos índices altos de satisfacción por parte de pacientes (y padres). Más información sobre la cantaridina en este blogINFORMACIÓN SOBRE CANTARIDINA EN MOLUSCOS CONTAGIOSOS (CLICK AQUÍ)


También son opciones terapéuticas el uso de sustancias secantes (como sprays con clorhexidina), inmunomoduladores (como imiquimod o la cimetidina) y antivíricos (como cidofovir) e incluso homeopatía (por ejemplo mediante gránulos de Thuya occidentalis). 

En cualquier caso, la gran mayoría de estos tratamientos no están exentos de efectos indeseables (fundamentalmente irritación de la piel tratada, que puede llegar a ser intensa, provocándose incluso ampollas y posible sobreinfección en la zona, así como cicatrices inestéticas y discromías resultantes).
En cualquier caso, no existe un tratamiento que asegure una resolución completa y definitiva de las lesiones de forma inmediata, siendo frecuentemente necesarias varias sesiones, sobre todo por la aparición de nuevas lesiones ("el tratamiento se realiza sobre las lesiones visibles, aunque debemos recordar que éstas son el resultado de una infección vírica, que puede seguir provocando lesiones aún no visibles en el momento del tratamiento fundamentalmente por autoinoculación del paciente"). 

En definitiva, la actitud terapéutica final probablemente debe depender de diferentes factores: Edad del paciente (y posibilidad de colaboración del mismo), número de lesiones (y localización de las mismas), patología concomitante (por ejemplo, eccemas asociados, inmunosupresión), actitud de los padres (tras comprender éstos el curso de la enfermedad y teniendo en cuenta su colaboración, sus expectativas -realistas- y aceptación de posibles secuelas del tratamiento y molestias derivadas del mismo -si es que deciden realizarlo-), aunque en la mayoría de casos en que se decide realizar tratamiento, la cantaridina parece ser el procedimiento de elección en la actualidad.
Más información: 
-Revisión sistematizada Cochrane sobre intervenciones para el molusco contagioso cutáneo: http://www.bibliotecacochrane.com/BCPGetDocument.asp?SessionID=%203874498&DocumentID=CD004767
-Cutaneous pseudolymphoma associated with molluscum contagiosum: a case report. Del Boz J, Sanz A, Martín T, Samaniego E, Martínez S, Crespo V. International Journal of Dermatology 2008;47:502-4. 

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