La Dra.
Gloria Requena, alergóloga especializada en alergología infantil y colaboradora
de Clínica del Río de Estepona, nos responde a estas interesantes preguntas.
La
prevalencia de las "enfermedades alérgicas" (dermatitis atópica, asma,
rinoconjuntivitis alérgica, alergia a alimentos...) en la infancia ha aumentado
considerablemente en los países desarrollados en las últimas décadas. Durante el
primer año de vida los síntomas de posible naturaleza alérgica son
principalmente eccemas (dermatitis atópica), síntomas gastrointestinales y síntomas
respiratorios (sibilancias) recurrentes. El asma y la rinoconjuntivitis son más
frecuentes en edades posteriores, y las alergias a alimentos pueden ocurrir a
cualquier edad.
La
alergia puede ser mediada por anticuerpos o por células. El anticuerpo
típicamente responsable de una reacción alérgica en la mayoría de los pacientes
es de la inmunoglobulina E (IgE). Por eso se habla de alergias mediadas por IgE
y alergias no mediadas por IgE (en este caso pueden ser por IgG,
inmunocomplejos, células...).
La
presencia de niveles elevados de IgE específica frente varios alergenos, tanto
alimentarios como inhalantes, constituye
un fenómeno normal en edades tempranas, pero no tiene necesariamente un
significado clínico.
La pruebas
de alergia (exploración alergológica) son un requisito fundamental para poder
realizar un tratamiento específico de la alergia. Entre estos tratamientos
tenemos fundamentalmente:
-Evitación
alergénica: Evitar la exposición a alergenos relevantes. Ésta es una estrategia
lógica, que puede ser efectiva cuando el alergeno causante de los sintomas es
identificado. En cualquier caso la evitación total de ciertos alergenos, como
los epitelios animales o los ácaros, es imposible, por su ubicuidad.
-Vacunación
antialérgica específica: está bien demostrado que la inmunoterapia específica
es un tratamiento específico efectivo en pacientes con rinoconjuntivitis y asma
bronquial. Asimismo, cada vez se realizan más tratamientos de inmunoterapia
oral específica con alimentos.
¿A quién realizarlas? ¿Cuándo?
Todos
los niños con posibles síntomas alérgicos persistentes o recurrentes, así como
aquellos que necesiten tratamiento preventivo continuo, independientemente de
la edad que tengan, son subsididarios de ser sometidos a pruebas de alergia.
Por edades, en
niños menores de 3-4 años las alergias alimentarias y la existencia de
sibilancias recurrentes o asma suelen ser las causas más comunes para indicarse
estas pruebas, y cuando los
niños van creciendo (niños de más de 4 años) frecuentemente van desarrollando
alergias a inhalantes, especialmente a alergenos domésticos (ácaros, mascotas,
cucarachas…) y más tarde a alergenos exteriores (pólenes y hongos). Así, los niños
con síntomas de rinoconjuntivitis y/o asma bronquial deben ser explorados.
En
cuanto a la dermatitis atópica, aunque ésta es muy frecuente, no suele estar
relacionada con alergias concretas, por lo que las pruebas sólo estarían
indicadas en niños que no mejoren espontáneamente en el periodo estival o en aquellos
con insuficiente respuesta a los tratamientos habituales, o en los que exista
una sospecha de alergia alimentaria.
Respecto
a la urticaria, ésta rara vez es de causa alérgica, excepto en casos agudos con
clara relación con ingesta de un alimento específico o con la exposición de
alergenos específicos.
Ante reacciones
a picaduras de insectos, si los insectos en cuestión son avispas o abejas, sólo
se deben realizar las pruebas alérgicas con venenos de esto insectos si los
niños reaccionan de forma muy severa (sistémica), mientras que las reacciones
locales y la urticaria aislada no constituyen indicaciones para realizar dichas
pruebas. Igualmente ante cuadros de “prúrigo” en relación con picaduras de
mosquitos, pulgas... no está indicado realizar pruebas diagnósticas con
venenos, ya que no derivarán en un tratamiento específico de vacunación.
Ante
posibles reacciones a medicamentos deben efectuarse pruebas de alergia cuando
los síntomas asociados sean sistémicos (urticaria, angioedema, asma, anafilaxia…)
mientras que los exantemas maculo-papulares no son indicación para la
exploración alérgica.
Las
pruebas para descartar alergia al látex se realizan habitualmente en niños
pertenecientes a grupos de riesgo de desarrollar alergia al látex al presentar espina
bífida, malformaciones urogenitales ya que requieren operaciones frecuentes o
exposición precoz y frecuente al látex.
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