En primer lugar debemos tener
claro que quizás no sea necesario realizar un tratamiento, ya que en muchos casos
(aproximadamente 2 de cada 3 nuevos casos) la urticaria desaparece
en unos pocos días o semanas, incluso sin tratamiento. Si tiene urticaria por
primera vez, debe consultar con el médico para plantear si necesita tratamiento,
y si es así, igualmente dicho tratamiento debe ser indicado y seguido por un
médico.
En cualquier caso, el primer paso
es intentar averiguar la causa de la urticaria (aunque en muchas ocasiones –más
aún en los casos de urticaria crónica- ésta no se encontrará, como comentamos
en el post previo), y si es posible determinar la causa, deberá evitarla.
Recordar, además, que en multitud de ocasiones no estará indicado el realizar pruebas
complementarias (analítica sanguínea, etc).
Fuente wikipedia
Independientemente de la causa, actualmente
el tratamiento sintomático de la urticaria se basa en el uso de
antihistamínicos, fundamentalmente aquellos dirigidos al receptor 1 de la
histamina (“antiH1”). Por lo general se recomienda el uso de antiH1 de segunda
generación, como son loratadina, ebastina, cetiricina… o de tercera generación,
como levocetiricina, desloratadina o fexofenadina. No está claro que ninguno de
estos sea superior respecto a los otros en el tratamiento de la urticaria.
De forma general no se recomienda el
uso de antiH1 de primera generación, como son difenhidramina, clorfeniramina o
hidroxicina: éstos pueden presentar más interacciones con otros fármacos, y además
tienen efecto sedante (y otros efectos adversos relacionada a su efecto
anticolinérgico, como sequedad de boca, vaginal, visión borrosa, retención
urinaria…).
Existe acuerdo entre las
diferentes guías clínicas en realizar una escalada progresiva de dosis de
antiH1 si no hay buen control de la sintomatología tomando una sola pastilla al
día (siempre, bajo control médico). En aquellos pacientes en que los brotes recurren cuando se deja el
antihistamínico, éste debe reintroducirse (al menos por un tiempo), siendo
usado a la mínima dosis diaria que sea efectiva.
Existe igualmente evidencia de
una cierta efectividad en el uso de antihistamínicos dirigidos al receptor 2 de
histamina (antiH2), al menos en casos de urticaria aguda, aunque éste no sería
el tratamiento de primera línea. Entre estos fármacos se encuentran la
ranitidina, la famotidina, la cimetidina y otros fármacos que habitualmente se
usan para el tratamiento del reflujo gastroesofágico y la úlcera gastroduodenal.
Fuente pxhere.com
Si la urticaria es grave (con
muchos habones o asociación con angioedema) o si no desaparece, es posible que
su médico le sugiera tomar esteroides durante un período breve de tiempo.
Respecto al uso de corticoides
(esteroides, “cortisona”) sistémicos (vía oral, intramuscular, intravenosa…),
éstos no parecen ser necesarios en la mayoría de casos de urticaria. Sin
embargo, cursos breves (generalmente de una semana o menos) pueden plantearse
(añadiéndolos a los antihistamínicos) en pacientes con cuadros muy extensos,
con angioedema acompañante o con síntomas intensos que persisten durante varios
días a pesar del uso de antihistamínicos. Los corticoides no inhiben la
degranulación de los mastocitos (que es lo que libera la histamina a la piel)
sino que actúan suprimiendo diferentes mecanismos inflamatorios.
El tratamiento
con los antihistamínicos debería mantenerse por unos días después de dejar los
corticoides, ya que algunos pacientes pueden experimentar un empeoramiento al
descender la dosis diaria de corticoides, o al dejarlos por completo. Si los
síntomas no recurren unos días después de dejar los corticoides, entonces es
cuando puede plantearse dejar también los antihistamínicos. Por lo general los
esteroides funcionan bien, pero deben evitarse en lo posible tomarlos por
períodos prolongados (así como el tomarlos en cursos repetidos) porque el
riesgo por lo general superará al posible beneficio, y pueden asociar efectos
secundarios graves.
Las últimas guías de consenso
internacionales respecto al manejo de la urticaria crónica espontánea incluyen la
posible utilidad de usar montelukast, la ciclosporina y el omalizumab como tratamientos de 3ª línea, si no hay buen
control mediante antihistamínicos.
Montelukast es un fármaco antileucotrienos
con excelente perfil de seguridad y relativamente económico, que podría ser
útil en algunos casos.
La ciclosporina es un fármaco que actúa como potente
inmunosupresor. Para su uso serán precisos controles (sobre todo de tensión
arterial y analíticas con especial atención a la función renal) y tener en
cuenta la posibilidad de infecciones (se deberá procurar una correcta
prevención incluyendo calendario vacunal correcto), aunque usado de forma
adecuada suele ser efectivo y seguro.
Pero entre estos tres, solo omalizumab tiene indicación
aprobada para el tratamiento de la urticaria crónica espontánea. Se trata de un
anticuerpo monoclonal humanizado cuya administración se realiza mediante
inyecciones subcutáneas cada 15-30 días, aunque son necesarios estudios a largo
plazo que nos permitan ajustar sus indicaciones, la dosis, el tiempo de
mantenimiento, la seguridad a largo plazo (aunque parece un fármaco muy seguro),
y cuándo y cómo retirarlo. En cualquier caso, al retirarlo ni se ha descrito efecto
rebote, ni pérdida de eficacia a largo plazo, pudiendo reintroducirse si fuese
necesario consiguiendo de nuevo buenas tasas de respuesta.
Aunque no existen ensayos
clínicos al respecto, también se han usado en el tratamiento de la urticaria
crónica otros fármacos como sulfasalazina, colchicina, metotrexato,
azatioprina, micofenolato, tacrolimus, interferón, gammaglobulinas iv, hormona
tiroidea o la fototerapia.
Y hasta aquí, el tratamiento “médico”
de la urticaria… sin embargo, a día de hoy muchos recomiendan además tener en
cuenta ciertas indicaciones respecto a la dieta. ¿Tiene sentido? Eso lo veremos
en el siguiente post.
Más información:
- Radonjic-Hoesli S, Hofmeier KS,
Micaletto S, Schmid-Grendelmeier P, Bircher A, Simon D. Urticaria and
Angioedema: an Update on Classification and Pathogenesis. Clin Rev Allergy
Immunol. 2018;54:88-101.
- Aguilera-Insunza R, Correa H,
Díaz C, Marinovic MA, Valenzuela F. Chilean guidelines for chronic urticaria. Rev
Med Chil. 2018;146:1334-1342.
- Aseo R. New-onset urticaria.
UpToDate (revisado a 26.02.19).
- Marín-Cabañas I, Berbegal de
Gracias L, De León Marrero F, Hispán P, Silvestre JF. Manejo de la urticaria
crónica espontánea en la práctica clínica diaria siguiendo las indicaciones de
la guía EAACI/GA(2)LEN/EDF/WAO. Actas Dermosifiliogr. 2017;108:346-53.
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