Cada
día es más frecuente que los pacientes vengan a la consulta del médico con gran
cantidad de información médica respecto al proceso que padecen (o que creen
padecer), y que obtuvieron realizando búsquedas por Internet, lo que
habitualmente se conoce como el “Doctor Google”.
Según un estudio reciente realizado en España sobre el uso de internet por médicos de Atención Primaria y hospitales y que fue presentado en el 19 Congreso Nacional de Hospitales, Tecnología, Sistema Sanitario y Ciudadanía, el 30% de los médicos creen que
internet complica la relación con sus pacientes. De hecho, según
dicho estudio, a más del 80% de los médicos les han preguntado alguna vez sobre
información leída en internet.
Es
importante tener claro que no toda la información de internet tiene adecuada calidad
científica, siendo en muchos casos incorrecta o –al menos- poco precisa. Por
ello, los pacientes deben diferenciar la información correcta de la que no lo
es, e interpretarla de la mano de profesionales sanitarios. De otra manera,
usando dicha información sin una adecuada lectura, se originarán cada vez más
problemas de autocuidados y automedicación, y frecuentemente se originará
alarma en los pacientes que consultan esta información.
Debemos
tener en cuenta varios factores, que condicionan la información que cualquier
persona puede obtener en la red.
-Quizás
la “estrategia de búsqueda” usada por el paciente que busca no sea la más
oportuna, ni en el portal más adecuado. Por ejemplo, respecto a Wikipedia, su
contenido médico a finales de 2013 se componía por más de 155.000 artículos, en
más de 255 idiomas, y este contenido fue visto 5 billones de veces en dicho
año, lo cual lo hace el recurso médico más visto (o uno de los más vistos) en
el mundo. Hay que tener en cuenta que cualquiera puede editar los contenidos de
Wikipedia, y que depende de la buena voluntad de profesionales de la salud el
que dichos contenidos vayan siendo revisados. Un estudio entre sanitarios
españoles realizado en 2014 mostró que para la mayoría de éstos, Wikipedia no
tiene en la actualidad niveles de credibilidad suficientes para que sea
recomendada como fuente de información para los pacientes. Por otro lado, un
estudio llevado a cabo por doctores de la Escuela de Medicina Osteopática de
Carolina del Norte en que se valoraron publicaciones on-line de 10 de
los trastornos "más costosos" en Estados Unidos, incluyendo artrosis,
problemas de espalda y asma, descubrieron que 9 de cada 10 entradas de
Wikipedia al respecto contenían afirmaciones que contradecían la última
investigación médica.
-En
Internet son frecuentes los "sesgos" de publicación. Esto en definitiva quiere
decir que los casos que más se publican tienden a ser los casos más
“espectaculares” (o al menos más vistosos), aquellos con “peor evolución”
(desenlace fatal, no respuestas a los tratamientos) o incluso al contrario,
“aquellos en que se obtuvieron unos resultados más favorables” (y en muchos
casos, difíciles de creer).
-La
calidad de un (supuesto) estudio científico que podamos encontrar en internet
no siempre es óptima o fiable. Son muchos los factores que influyen en la
credibilidad del mismo. Desde los autores, su centro de trabajo, la revista en
que dicho estudio fue publicada, si el estudio incluye muchos pacientes o sólo
unos pocos, la metodología del estudio, etc. Hoy en día, la mayoría de los
estudios científicos de calidad son publicados en portales médicos
especializados en los cuales es necesario ser sanitario para su acceso, y frecuentemente
son publicados en lengua inglesa.
-Debemos
tener en cuenta que la libertad de Internet hace que cualquiera (sea médico o
no, sea sanitario o no) pueda publicar en portales, páginas, blogs… la
información (o la opinión) que estime oportuna, sin filtro alguno, tenga o no
una base científica sólida. Al respecto, Radiotelevisión Española (rtve) ha anunciado
recientemente que no permitirá que personas no-médicos opinen sobre temas de
salud (ver enlace). Por desgracia, parece que el desencandente de dicha decisión pudo ser una entrevista en
“La 2” con un periodista que recomendaba no vacunar a los niños para prevenir
determinadas enfermedades.
En
definitiva, por todo lo anterior, aunque es obvio que es posible encontrar información útil en la red con la que complementar nuestro conocimiento sobre determinados temas médicos, si piensa usted buscar información médica en
Internet, evite sacar conclusiones precipitadas, y consulte con su médico antes de tomar alguna acción al respecto.
Más información:
- Koppen L,
Phillips J, Papageorgiou R. Analysis of reference sources used in drug-related
Wikipedia articles. J Med Libr Assoc. 2015 Jul;103(3):140-4.
- Herbert
VG, Frings A, Rehatschek H, et al. Wikipedia--challenges and new horizons in
enhancing medical education. BMC Med Educ. 2015 Mar 6;15:32.
- Heilman J,
West AG. Wikipedia and medicine: quantifying readership, editors, and the
significance of natural language. J Med Internet Res. 2015 Mar
4;17(3):e62.
- Uso de de Wikipedia por profesionales de la salud. Gaceta
Sanitaria 2014.
- Hasty RT1, Garbalosa RC, Barbato VA, et al. Wikipedia vs peer-reviewed medical
literature for information about the 10 most costly medical conditions. J Am
Osteopath Assoc. 2014 May;114(5):368-73.