Actualmente vivimos un auge (al menos en los medios de comunicación) de todo lo referente a la vitamina D. Cada día oímos de nuevas (posibles) propiedades, y cada año se multiplica el número de publicaciones científicas en que se implica su (posible) efecto beneficioso a diferentes niveles.
Se trata de una vitamina
peculiar: solo el 20% de la misma se obtiene a través de alimentos (pescado
azul, huevos, lácteos suplementados, setas…). El resto viene sintetizado por
nuestro propio organismo, desde la piel, inducido por la exposición solar.
Factores de riesgo para
desarrollar déficit de vitamina D serían presentar obesidad, fumar, fototipos
elevados (pieles oscuras) y exposiciones solares insuficientes, y el risesgo aumenta con edades avanzadas.
Funciones generales de la
vitamina D
Entre las funciones conocidas de
la vitamina D se encuentran su papel fundamental en el metabolismo óseo (su
déficit es el responsable del raquitismo), pero también su acción en la lucha
contra el cáncer, inhibiendo la proliferación celular, facilitando la
reparación del ADN, y inhibe la angiogénesis y la formación de metástasis. Por
otro lado, es importante en el sistema inmunitario: ayuda a regular la
inmunidad innata y adquirida, participando en la proliferación y activación de
células dendríticas, linfocitos T. Además, actúa en la regulación de la
glucemia mediante la secreción de insulina y sobre la síntesis de los lípidos.
También tiene efecto sobre la regulación de la tensión arterial mediante su
acción sobre el sistema renina-angiotensina-aldosterona, y estimula la
formación de óxido nítrico a nivel cardiovascular.
¿Existe globalmente un déficit
de vitamina D?
Se calcula que entre un 35 y un 70% de la población
europea muestra niveles insuficientes de 25 (OH) D según ciertos estudios,
mientras que en Australia y Nueva Zelanda este porcentaje es del 9 y el 6%,
respectivamente. Teniendo en cuenta estos datos se podría plantear la
posibilidad de realizar un despistaje de los niveles de vitamina D a personas
sanas; sin embargo, esta medida no está actualmente respaldada por el IOM y el US
Preventive Services Task Force, por lo que actualmente no se recomienda de
manera rutinaria.
Por otro lado, la suplementación
de vitamina D sin control tampoco parece indicada: de hecho, hay que tener en
cuenta que un exceso también puede ser perjudicial, ya que puede llevar a
hipercalcemia (aumento del calcio en la sangre), lo cual puede originar
síntomas tales como arritmia, pérdida de peso, anorexia (falta de apetito), y
problemas en riñones, huesos y a otros niveles.
Vitamina D y piel
A nivel dermatológico tiene
también gran importancia, no solo porque la vitamina D se sintetiza en la piel, y es que además tiene efecto inmunomodulador sobre los queratinocitos, regula su
proliferación y diferenciación, y también regula el ciclo de crecimiento del
pelo.
Los Dres. Navarro, Arias y
Gilaberte revisaron recientemente mediante un trabajo publicado en la revista
Actas Dermosifiliográficas las implicaciones de la vitamina D en Dermatología,
y repasaron su posible papel en la patogenia e incluso en el tratamiento de una
gran variedad de trastornos dermatológicos, repasando los más importantes.
-Psoriasis: El ensayo de vitamina
D oral como tratamiento fracasó dado el riesgo de hipercalcemia, pero sus
análogos tópicos (calcipotriol y tacalcitol) fueron una auténtica revolución en
el tratamiento de esta enfermedad. Parece oportuno recomendar dietas que
aporten esta vitamina dado el efecto beneficioso sobre muchas de las
comorbilidades asociadas a la psoriasis.
-Dermatitis atópica: Los
suplementos orales de vitamina D se relacionaron con disminución en la gravedad
de la dermatitis en pacientes en edad pediátrica, considerándose como posible
tratamiento adyuvante en caso de niveles deficientes.
-Ictiosis: Algunos autores
plantearon la posible utilidad de asociar vitamina D al tratamiento con retinoides
orales en aquellos pacientes con niveles bajos de vitamina, aunque los niveles
de evidencia son aún bajos.
-Acné: Un estudio mostró que
suplementando con vitamina D oral mejoran las lesiones inflamatorias.
-Hidrosadenitis supurativa: Estos
pacientes presentan niveles más bajos de vitamina D comparados con la población
sana, y a su vez estos niveles son inversamente proporcionales a la gravedad de
la enfermedad. El suplemento de vitamina D mostró una mejoría de los nódulos
inflamatorios, igual que con el acné.
-Vitíligo: Un metaanálisis mostró
que existe una clara relación entre el vitíligo y niveles bajos de vitamina D.
Sin embargo, no disponemos de ensayos clínicos que demuestren la eficacia de
los suplementos de vitamina D en estos pacientes.
-Lupus eritematoso sistémico:
Algunos trabajos defienden la importancia de suplementar con vitamina D por su
función inmunomoduladora, el efecto protector cardiovascular, la posible
mejoría de los síntomas sistémicos y el desarrollo cognitivo de los pacientes.
-Erupción Solar Polimorfa: se ha
demostrado que estos pacientes muestran niveles bajos de vitamina D, y que la
exposición a UVB 311 nm mediante fototerapia los aumenta, correlacionándose con
una mejoría clínica de las lesiones.
-Alopecia areata: Aunque algunos
estudios han mostrado niveles más bajos de vitamina D en pacientes con alopecia
areata, no hay estudios que demuestren que los suplementos orales con vitamina
D sean eficaces en la enfermedad.
-Melanoma: La posible utilidad de
suplementar con vitamina D oral es controvertida en estos pacientes.
-Cáncer cutáneo no melanoma: En un estudio prospectivo con más de 60.000
participantes, el suplemento de vitamina D no se asoció con un mayor riesgo de
carcinoma espinocelular ni basocelular.
Teniendo en cuenta la evidencia
disponible, sería sobre todo en casos de psoriasis, dermatitis atópica,
vitíligo y alopecia areata cuando podría estar más indicado determinar niveles
de vitamina D, y si están bajos, plantear suplementarlos.
Vitamina D y COVID19.
La Dra. Gilaberte realizó
recientemente una excelente revisión del tema con motivo del congreso nacional
(online) de Dermatología. Las conclusiones fueron:
-El déficit de vitamina D se ha
asociado mayor gravedad/mortalidad por COVID-19.
-Una mayor exposición solar parece
asociarse a menor mortalidad por COVID-19 y menor infectabilidad por coronavirus.
-La aplicación de fotoprotectores
no parece comprometer los niveles de vitamina D, pero sí lo hace la no
exposición solar.
-Se necesitan más estudios, con
carácter prospectivo y control de factores de confusión, para valorar la
influencia de la exposición solar y la fotoprotección en COVID-19.
Más información:
Navarro-Triviño FJ, Arias-Santiago S, Gilaberte-Calzada Y.
Vitamina D y la piel. Una revisión para dermatólogos. Actas Dermosifiliogr.
2019;110:262-72.
Pereira M, Dantas Damascena A, Galvao Azevedo LM, et al. Vitamin
D deficiency aggravates COVID-19: Systematic review and meta-analysis. Crit Rev
Fod Sci Nutr. 2020 (Epub Ahead of Print).
COVID-19 fatalities, latitude, sunlight, and vitamin D. Am J
Infect Control.2020;48:1042-4.