miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mitos y realidades sobre el cabello: Que no te tomen el pelo

Con respecto al pelo existen muchos mitos, de los cuales la mayoría han llegado a nuestros días tras pasar de generación en generación. Algunos tenían una cierta base, teniendo en cuenta los productos para higiene y cuidado del cabello que se usaban hace muchos años (que no son los que se usan en la actualidad), y otros en cambio nunca tuvieron base alguna. Hoy en día, con la evidencia científica existente, podemos ir desmontando estos mitos uno a uno, y repasando la realidad respecto al cabello.
 
 
Mito: Los pelos que se caen, no vuelven a recuperarse.
Realidad: En condiciones normales, sí se recuperarán, ya que forman parte de un ciclo que se renueva ininterrumpidamente con nuevos cabellos que aparecen y crecen mientras otros caen. La duración de este ciclo capilar dependerá de la edad y la región del cuerpo donde estén situados los pelos. Por general, es más rápido en mujeres, en edades entre los 15 y 30 años, y en verano.

 
Mito: Lavarse el pelo a diario hace que se caiga más cabello.
Realidad: Si el lavado es suave, con un champú adecuado, y no se seca el pelo de forma traumática, el lavado no influye sobre el ciclo del bulbo piloso (“la raíz del pelo”) y por lo tanto no aumenta la pérdida de cabello. Además, es importante mantener una higiene adecuada en el pelo.
 
Mito: El uso de lacas, gominas, tintes u otros cosméticos para el pelo hacen caer el cabello.
Realidad: Ningún producto aplicado en el tallo piloso (“el cuerpo del pelo”) posee efecto alguno sobre el bulbo, con lo cual no produce pérdida de cabello. Se pueden emplear cosméticos sin alterar el ciclo del cabello. Lo que sí es posible es que algún componente cosmético pueda causar eccema (irritación) sobre la piel del cuero cabelludo. Con las lacas, gominas y otros productos que producen un cierto apelmazamiento del pelo, sí podemos notar cómo tras lavar el cabello aparentemente hay una mayor caída de lo normal: es simplemente porque los cabellos que se fueron cayendo a lo largo del día quedaron pegados al cuero cabelludo con estos productos, de manera que al lavarlo caen más pelos de lo normal a la vez.
 
 
Mito: El uso del casco hace que se caiga más el pelo.
Realidad: El uso de cascos, sombreros, etc, no influye en la caída del cabello. De hecho, el uso de casco es fundamental (por seguridad) en determinadas circunstancias, y el uso de sombrero nos ayuda a protegernos (tanto a nuestra piel como a nuestros pelos) de las radiaciones solares.
Mito: Secar con secador el cabello lo dañará.
Realidad: Si el secador se aplica a una cierta distancia, con una potencia no excesivamente alta, y no se producen quemaduras en el bulbo del pelo, no se altera su ciclo. En cambio, la plancha sí produce un aumento drástico de temperatura en la raíz del cabello y además tracciona mecánicamente de la misma, con lo cual es fácil que se dañe y desprenda cabello con esa maniobra.
 
Mito: Las vitaminas siempre van bien ante cualquier caída de cabello.
Realidad: Por lo general los complejos vitamínicos no tienen ninguna acción sobre el pelo. A menos que el motivo de la pérdida del cabello sea por un déficit concreto (de hierro o de aminoácidos por lo general), en general los complejos “vitamínicos” o suplementos no poseen ninguna acción comprobada en el ciclo del cabello. Por este motivo resulta interesante practicar primero una analítica sanguínea en caso de pérdida persistente de cabello sin una causa evidente para descartar si existe un déficit o no y poder realizar, entonces, el tratamiento más apropiado.

 
Mito: Los champús anticaída son eficaces ante cualquier tipo de caída de cabello.
Realidad: No. No se dispone de ningún estudio sólido que aporte datos para apoyar el uso de champús concretos en la pérdida de cabello. Ningún champú (de biotina, cistina, para caballos…) ha demostrado mejorar los índices de crecimiento del cabello, aunque en algunos casos pueden ser de cierta utilidad para evitar la irritación, disminuir la seborrea, etc.
 
Mito: El exceso de grasa hace caer el cabello.
Realidad: De forma aislada, no. El sebo no tiene ninguna acción sobre la raíz del pelo. No obstante, en caso de tener gran cantidad de caspa e inflamación en el cuero cabelludo (dermatitis seborreica y/o psoriasis), es posible que el pelo se desprenda como respuesta a la citada inflamación de alrededor del folículo. Por otro lado, cuando el exceso de grasa forma parte de algunos síndromes complejos (por ejemplo acompañando a la presencia de quistes en los ovarios, al acné o a la existencia de pelos en zonas donde no deberían aparecer), es posible que éste sea la manifestación de un exceso de andrógenos (hormonas masculinas) y sí haya una tendencia a perder cabello de forma progresiva (alopecia androgenética) por el desajuste hormonal, pero no por el sebo (que no es una causa, sino un efecto más, igual que la caida).
 
Mito: Cortar el pelo acelera su crecimiento y su fuerza.
No. La duración del ciclo del cabello viene determinada genética, metabólica y estacionalmente, pero no tiene relación con otros factores externos como cortarlo o el uso de champús, geles u otros cosméticos.
 
Mito: Los calvos son más viriles.
Realidad: No es así. Los calvos no tienen más testosterona (hormona sexual masculina), sino que sus folículos pilosos presentan mayor sensibilidad a la acción de esta hormona.
 
En conclusión, ante una pérdida llamativa o prolongada de cabello no crea en productos milagrosos y solicite una cita con el dermatólogo (el médico especialista en el cuidado de la piel y el cabello) para que se efectúe una exploración oportuna -y cuando sea necesario se le solicite alguna prueba complementaria- con el objeto de diagnosticar el tipo de pérdida de cabello que se sufre y prescribir el tratamiento más oportuno en cada caso concreto.
La Tricología es la ciencia que se ocupa del estudio del pelo y sus posibles trastornos. El Dr. Javier del Boz González es miembro del Grupo Español de Tricología, un grupo de trabajo incluido en la Academia Española de Dermatología y Venereología.

martes, 26 de noviembre de 2013

Peelings químicos: Lo que hay que saber



El término Peeling viene del inglés “Pelar”, y en definitiva, un peeling químico consiste en la aplicación sobre la piel de una o varias sustancias químicas (fundamentalmente ácidos) que producen una destrucción controlada de la epidermis (o incluso de parte de la dermis) originando una exfoliación (un “pelado”) por aceleración del recambio celular. Todo esto originará una regeneración epidérmica y una reparación de la dermis, con formación de nuevo colágeno. En definitiva, las capas celulares serán sustituidas por otras de mejor calidad, con menos manchas y mejor textura.

Aunque el término peeling es relativamente reciente, ya desde la antigüedad se conocían y utilizaban técnicas similares. ¿Quién no ha oído hablar de los famosos baños de leche de Cleopatra? Pues la razón de estos famosos baños era que la leche fermentada contenía un alto nivel de ácido láctico capaz de suavizar la piel.

Muchas personas buscan un tratamiento simple para mejorar la piel de su cara sin necesidad de técnicas quirúrgicas, y para ellas, los peelings químicos pueden ser una gran elección.

Las sustancias que pueden aplicarse son de muy diverso índole, y según cuáles utilicemos, a qué concentración, cuántas capas de éstas se apliquen, durante cuánto tiempo las dejemos aplicadas, y también según el número de sesiones que se realicen, el efecto será diferente.

Entre los posibles beneficios están el aumento del colágeno (y la elastina) que mejora las arrugas, la atenuación de manchas (y homogeneización en el tono de la piel), el control sobre la grasa y bacterias en las pieles acneicas, o la mejoría de cicatrices deprimidas (cicatrices de acné fundamentalmente), entre otras, y aunque puede usarse para tratar los signos del envejecimiento (fisiológico o relacionado con la exposición solar), de forma general se obtendrá un mejor aspecto de la piel tratada, y puede simplemente emplearse como un "medio para mantener una piel sana, tersa, libre de impurezas y luminosa”.

Entre las sustancias más utilizadas en el peeling se encuentran los alfahidroxiácidos (AHA), que son sustancias ácidas. Entre éstas se encuentran el ácido glicólico (el más famoso, y que proviene de la caña de azúcar), el ácido láctico (de la leche agria), el ácido málico (de manzanas maduras), tartárico (de uvas), cítrico (de frutas maduras) o mandélico (de almendras). Otras sustancias muy utilizadas son el fenol, el resorcinol, el ácido retinoico (derivado de la vitamina A), ácido salicíclico, tricloroacético...

El papel del dermatólogo es fundamental a la hora de elegir el tipo de peeling que se debe efectuar en función de la clase de piel del paciente y de los resultados que se pretenda obtener.

Se diferencian 3 tipos diferentes de peeling según la profundidad de su efecto:

-Peelings Superficiales:
Afectan al estrato córneo, la epidermis y la dermis papilar superficial. Éstos están orientados al tratamiento del fotoenvejecimiento y con ellos obtendremos una piel con mejor aspecto, más luminosa, con poros más cerrados, con mejoría en las arrugas finas y los problemas leves de acné. También son de utilidad en el tratamiento de las manchas, siempre que se utilicen junto a cremas despigmentantes. La gran ventaja de estos peelings es que permiten al paciente retomar su vida normal inmediatamente después de someterse al tratamiento, por lo que hoy en día son los más utilizados. Para obtener los mejores resultados (más intensos y duraderos), en muchos casos se recomienda efectuar varios peelings (distanciando unos de otros entre dos y seis semanas), dependiendo de la profundidad de los mismos y del problema cutáneo que queramos resolver. En otros casos, simplemente se utilizan para situar a la piel en mejores condiciones para recibir cualquier tipo de tratamiento dermatológico. Los peelings superficiales se realizan fundamentalmente con alfa-hidroxiácidos (ácido glicólico), ácido tricloroacético (10-15%) o la solución de Jessner.
-Peelings medios:
Afectan al estrato córneo, epidermis, dermis papilar y dermis reticular superficial. Mejoran notablemente la textura y color de la piel y son muy eficaces contra el fotoenvejecimiento (actúan sobre arrugas finas y de profundidad media) pero no son de utilidad en casos de acné. Acompañados de cremas despigmentantes son muy eficaces frente a las manchas. También puede emplearse como paso previo o complemento de muchos tratamientos como la microdermoabrasión, lifting o rellenos. El mayor inconveniente de esta técnica es que el paciente por lo general precisará de unos días de convalescencia, en que probablemente no podrá atender sus compromisos sociolaborales. Valorando riesgo y eficacia son los más útiles, pero para muchas personas es difícil encontrar el momento en que puedan quedar unos días “inactivos”. Para los peelings medios se utilizan habitualmente la solución de ácido tricloroacético del 35% al 50% o la solución del fenol al 88%.
-Peelings profundos:
Llegan hasta dermis reticular media. Con resultados espectaculares, consiguen actuar sobre las arrugas superficiales, medias y profundas, eliminar manchas solares y queratosis. Asimismo, produce la retracción de la piel, lo que ayuda a mejorar los problemas de flaccidez, aunque hay que tener en cuenta los requerimientos de la técnica (se requiere que el paciente esté anestesiado) y la recuperación, que puede durar varias semanas, o incluso meses, pudiendo existir riesgo de manchas (habitualmente blanquecinas) o cicatrices. Suelen usarse en personas mayores con envejecimiento cutáneo severo y arrugas profundas, y dispuestos a estas incomodidades y posibles secuelas. Por todo ellos, son hoy en día los menos utilizados. Entre ellos, más empleado es la solución de Baker-Gordon, a base de fenol a altas concentraciones.

Preguntas y respuestas sobre los peelings químicos:

¿Quién es en principio candidato a ser tratado mediante un peeling químico?

Las principales indicaciones las encontramos en pacientes con signos de envejecimiento facial (arrugas, manchas, queratosis), en pacientes con poros dilatados, con acné, cicatrices, estrías…


¿Es cierto que los peelings químicos pueden actuar protegiéndonos frente al cáncer de piel?

Sí. Así es, y es debido a que estimulan la proteína p53, que tiene una función defensiva inmunológica sobre las alteraciones que produce la exposición a las radiaciones ultravioletas del sol o de la cabina de rayos UVA. La población general ignora que cada día que pasamos en la playa o en el campo favorece el desarrollo de cáncer de piel debido a la aparición de mutaciones en las células epidérmicas inducidas por las radiaciones UV, pero la proteina p53 destruye este desarrollo de cáncer, y por tanto, tiene un papel protector sumamente importante.


¿Desde qué edad puede realizarse un peeling un paciente?

Para la aplicación de esta técnica lo importante no es la edad del paciente sino el estado de la piel. De hecho, en muchos adolescentes, por ejemplo, puede ser la mejor solución en determinados casos de acné o determinadas manchas.


¿Todas las personas consiguen los mismos resultados tras un peeling?

No, ya que según el estado de la piel se conseguirán diferentes grados de mejoría. En cualquier caso -y por muy estropeada que esté la piel- siempre se conseguirán efectos visibles.


¿Quién no debería realizarse (al menos en principio) un peeling químico?: Contraindicaciones:

-Mujeres embarazadas o que puedan estarlo así como aquellas que estén realizando lactancia materna.

-Quienes hayan estado tomando isotretinoina en los 6 meses previos.

-Intervenciones quirúrgicas en las zonas a tratar en los 4 meses previos.

-Fototipos de piel oscuros (tipos IV a VI en la escala de Fitzpatrick).

-Exposición solar continua, intensa o frecuente en las semanas previas o el día del peeling.


¿De qué deberá informar a su dermatólogo antes de realizarse un peeling?

-De cualquiera de las condiciones previamente comentadas que podrían constituir una contraindicación para el peeling químico.

-Sobre el uso de cremas “de belleza” en su domicilio, especificándolas, o bien de la realización previa de peelings (y sus resultados), implantes, infiltración de toxina botulínica, maquillaje permanente o cirugía recientemente.

-Sobre cualquier enfermedad o proceso intercurrente que padezca el paciente, y los fármacos que se encuentre tomando en las semanas previas y en el momento del peeling.

-Acerca de si ha sufrido un herpes en las dos semanas previas, o si presenta historia de herpes de repetición (ya que el peeling puede provocar una reactivación del mismo en caso de que no se prevenga).

-Sobre si tiene predisposición a mala cicatrización.


¿Qué medidas generales deberá adoptar antes de realizarse peeling químico?

Aunque su dermatólogo deberá explicarle unas medidas concretas, de forma general:

-Deberá evitar el uso de rayos UVA o exposiciones extensas al sol en las semanas previas al peeling.

-Es recomendable evitar en la semana previa a la realización del peeling la realización de procedimientos que puedan irritar la piel como son limpiezas de cutis, uso de esponjas abrasivas o depilaciones.

-Probablemente se le recomiende el uso de cosméticos específicos (probablemente a base de retinoides o ácidos) para “prepara la piel” para el peeling, con el objeto de conseguir la mejor reacción posible al mismo.


¿Cuál es la mejor época para realizarse un peeling?

Siempre evitando el verano, ya que tras someterse a esta técnica la piel estará más sensible y no está recomendada la exposición al sol.


¿Cuánto tiempo dura la aplicación del peeling?

Dependerá de la extensión tratada y de la sustancia empleada, variando por lo general cada sesión entre 10 minutos y 2 horas. Lo más habitual es una duración de 20-40 minutos.


¿Cada cuánto tiempo debe de hacerse un peeling?

La periodicidad del peeling también dependerá del objetivo del tratamiento así como del tipo de peeling realizado, y es algo que deberá comentar con su dermatólogo. Existen por ejemplo peelings para aportar luminosidad al rostro que pueden llegar a realizarse con periodicidad semanal o quincenal. En cambio, cuando la intervención en la piel es profunda, las sesiones se espacian más en el tiempo y el tratamiento completo se repite por ejemplo una vez al año. Si el peeling es muy profundo no suele repetirse en años.


¿En qúe consistirá de forma general el procedimiento del peeling químico en la consulta?

En la consulta, el pre-peeling inmediato consistirá en una profunda limpieza y desengrasado de cutis. Posteriormente se procederá a proteger las zonas más sensibles como cremas “barrera”, y comenzará la aplicación de las sustancias del peeling.

El post-peeling inmediato, según el caso, podría incluir una última capa de una sustancia (habitualmente un retinoide) como “sellado” del peeling, o bien un neutralizado de las sustancias aplicadas.


¿Cuál es la sensación que se nota al hacerse un peeling? ¿Qué cambios experimentará de forma inmediata mi piel?

Durante el procedimiento se puede notar una sensación de picor y calor, que por lo general será leve, y habitualmente más intensa cuanto más profundo sea el peeling, pero también según qué sustancias se utilicen (por ejemplo, el fenol tiene cierto efecto anestésico, por lo cual no suele originar grandes molestias) y por supuesto, según la piel de cada paciente. En cualquier caso, todas estas sensaciones desaparecerán por lo general tras la aplicación del neutralizador (si lo precisan) o en un corto espacio de tiempo. Al finalizar el peeling, según el caso, la piel puede encontrarse brillante, enrojecida, blanquecina, amarillenta… o incluso con discreta inflamación y/o costras, pudiendo notar en las horas o días posteriores la piel algo “tensa”.


¿Qué debe de hacerse después del peeling?

Aunque su dermatólogo le deberá entregar por escrito las instrucciones con los cuidados post-peeling a realizar, después del tratamiento la higiene es inexcusable, es imprescindible la protección solar y evitar la exposición directa al sol. Cada paciente contará con un tratamiento personalizado, y se deberán seguir los consejos de su dermatólogo para evitar infecciones bacterianas, herpes, cicatrices, alteraciones de la pigmentación y alergias. En caso de que quiera maquillarse es por lo general recomendable esperar al día siguiente al peeling, y no aplicar maquillaje (o bien aplicar “lo mínimo posible”) mientras se produce el “pelado”. Tampoco se debe exponer la piel tratada a calor, saunas, o realizar ejercicios físicos hasta la semana siguiente a la realización del peeling.


¿Se puede hacer vida normal después de un peeling?

En los peelings superficiales el paciente presenta una reacción similar a una quemadura solar leve cuyo efecto desaparece en 3-5 días (o incluso en horas, si es muy superficial). En el caso del peeling medio la reacción por lo general dura entre 7 y 10 días.

Tras el tratamiento el paciente presentará un enrojecimiento y descamación de la piel, que serán más intensos y duraderos cuanto más profundo sea el peeling.


¿Cuáles son los efectos que cabe esperar después de un peeling?

La mejoría de la piel se nota después en 1 ó 2 días con los peelings más suaves hasta 1 mes con los más intensos, aunque el enrojecimiento cutáneo con los peelings profundos puede durar hasta 6 meses.


¿Cuáles son las posibles complicaciones del peeling?

Son excepcionales (y aún más si se realizan por un dermatólogo experimentado, si se siguen los consejos pre y post-peeling, y cuando el peeling realizado no es profundo), pero pueden verse en casos muy raros la reactivación de un herpes latente, infecciones cutáneas, enrojecimiento persistente, eccemas, eritema rayado en los casos de peeling con resorcinol, quemaduras, hiperpigmentación postinflamatoria, aclaramiento del color de la piel, cicatrices, erupciones acneiformes, descamación o reacciones alérgicas a determinados componentes del peeling, como es el resorcinol.


¿Cuánto duran los resultados del peeling?

Por lo general, a mayor profundidad del peeling y mayor número de sesiones, mayor duración de los resultados, sin olvidar que el proceso de envejecimiento seguirá su curso.


¿Se pueden asociar los peelings con otros tratamientos?

No sólo se pueden asociar, sino que potencian los efectos de técnicas tales como el láser o la infiltración de toxina botulínica.


En definitiva, a día de hoy los peelings químicos que suelen realizarse en la consulta del dermatólogo (peelings superficiales y/o medios) son muy seguros, con efectos claramente beneficiosos (e inmediatos) en la piel, muchas posibles indicaciones, y mínimas posibilidades de problemas asociados a su uso. Seriándolos, su efecto será más intenso y duradero, y son combinables con muchos otros tratamientos.

Tenga en cuenta que la información contenida en esta página es una información general, y en ningún caso puede, ni pretende, sustituir la información proporcionada individualmente por su dermatólogo.

sábado, 2 de noviembre de 2013

12 Mariposas Solidarias: Conociendo la Epidermolisis Bullosa

El Hospital Costa del Sol de Marbella inauguró el pasado 25 de Octubre (coincidiendo con el “Día Mundial de la Epidermolisis Bullosa") la campaña titulada “12 Mariposas Solidarias”. Esta campaña tiene el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la Epidermólisis Bullosa, también conocida como Epidermolisis Ampollosa, o como Enfermedad de la Piel de Mariposa, y está promovida por la Asociación Española de Epidermolisis Ampollosa (DEBRA España), con motivo de la celebración del XX aniversario de esta asociación.

En dicha campaña se incluye una exposición en la que varios artistas han creado 12 ilustraciones de mariposas que serán expuestas junto con información de la enfermedad y de la asociación DEBRA España, que estará hasta el próximo día 8 de Noviembre, y que pasará por otros hospitales españoles (Hospital La Paz de Madrid, Hospitales Vall d’Hebrón y Sant Joan de Deu de Barcelona y Hospital Da Costa de Lugo) hasta finales de año.


A finales de año, las ilustraciones pasarán a formar parte de un calendario solidario que servirá para recaudar fondos para los proyectos de ayuda a las familias y afectados de la enfermedad llevados a cabo por DEBRA España, como por ejemplo “El Hogar Respiro” (centro situado en Marbella), las visitas a recién nacidos afectados en hospitales, el acompañamiento en consultas médicas, o las visitas a domicilio.

Asimismo, el día 8 de Noviembre a las 8.30am tendrá lugar en el Hospital Costa del Sol una sesión general en que se dará más información sobre la enfermedad. La sesión correrá a cargo del Dr. Javier del Boz (“Introducción a la EB y sus manifestaciones”), de una enfermerá de DEBRA-España (“Manejo y curas”), y de un afectado por la enfermedad (“Experiencia personal”).

Esta campaña ha sido posible gracias al apoyo de diferentes hospitales públicos de nuestro país (incluyendo al Hospital Costa del Sol), así como a organizaciones privadas, en su mayoría del sector farmacéutico, como son Almirall, Bama_Geve, Candela, Coloplast, Cristalmina, Fundación Genzyme, IFC, Leti, Mölnlicke Healthcare, MSD, Practicantes Sanitarios de Galicia, Smith&Nephew y Syneron.

La Epidermolisis Bullosa engloba a un grupo de enfermedades genéticas que tienen en común la existencia de una extrema fragilidad de la piel y mucosas (originándose ampollas en la inmensa mayoría de casos).


-Más información e invitaciones:
*http://www.diariosur.es/v/20131026/marbella/carteles-para-sensibilizar-sobre-20131026.html
*http://www.pontealdia.org/noticia.aspx?
idNoticia=6533&hash=900327CE24223476875E7430AA840493&usuario=1222&usuhash=C045CB6D81C8F2155FFB04E3842E58ED

lunes, 14 de octubre de 2013

Próxima cita 25 y 26 de Octubre 2013, Sevilla: Actualización en Anomalías Vasculares y Dermatología Pediátrica

Existen dos interesantes y próximas citas en la agenda de la Dermatología. Ambas, organizadas por el Dr. Bernabeu y el servicio de Dermatología de Virgen del Rocío, tendrán lugar en el Hotel Meliá Lebreros de Sevilla.

En ambas tendremos la oportunidad de colaborar como ponentes.

 
El próximo día 25 de Octubre tendrá lugar la V Reunión Anual de la Sociedad Española de Anomalías Vasculares. En ésta, enfocada a todo aquel profesional sanitario con interés por las anomalías vasculares (dermatólogos, radiólogos, pediatras, cirujanos pediátricos, cirujanos vasculares…), se realizará una actualización en las anomalías vasculares, se atenderán las novedades y controversias, se expondrán vídeos de procedimientos y se realizarán comunicaciones libres al respecto. 
 
 
Por su lado, el día 26 por la mañana se  desarrollará el I Curso de Anomalías Vasculares y Dermatología Pediátrica, que como su nombre indica está especialmente pensado para pediatras y médicos de familia con interés por las anomalías vasculares y la Dermatología Pediátrica en general, con especial voluntad de encarar temas especialmente prácticos al respecto.


Más información (e inscripciones):
vreunionanomaliasvasculares@grupoaulamedica.com
 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Clínica del Río organiza en Marbella la I Jornada de Actualización en Dermatología Pediátrica el próximo 11 de Octubre


El próximo día 11 de Octubre por la tarde tendrá lugar la I Jornada de Actualización en Dermatología Pediátrica, organizada por Clínica del Río con la colaboración de los laboratorios Leti y Meda, y coordinada por el Dr. Javier del Boz. La jornada tendrá lugar en el Hotel El Fuerte Miramar de Marbella, y en ella se repasarán diferentes temas de interés en Dermatología Pediátrica. Además del Dr. del Boz, dermatólogo, contaremos para esta jornada con la colaboración de la Dra. Requena, alergóloga en Clínica del Río y en el Departamento de Alergología Pediátrica del Hospital Materno-Infantil de Málaga.

Esta acción formativa está dirigida a pediatras y médicos de familia que atienden consultas de pediatría, y su inscripción es gratuita, si bien debe confirmarse asistencia a través de los siguientes mails de contacto: marisolpnacher@hotmail.com / isabel.munoz@meda.es
 

Programa del curso:

 


¡Allí os esperamos!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Queratosis actínicas: ¿Debemos preocuparnos?

Las queratosis actínicas, o queratosis solares, son lesiones cutáneas superficiales (intraepidérmicas) resultado de una exposición solar crónica, de aparición habitualmente en individuos de edad avanzada que además presentan una cierta predisposición genética.

Representan una patología muy frecuente, y de hecho se calcula que representan el tercer motivo de consulta dermatológica.
En nuestro país, se calcula que la prevalencia de queratosis actínicas es de un 10% en pacientes mayores de 30 años, ascendiendo hasta un 80% en la séptima década de la vida.


Aunque como comentábamos previamente la exposición solar crónica sería el principal factor de riesgo para el desarrollo de queratosis actínicas, otros son las pieles claras (fototipos I y II), la edad avanzada, la residencia en latitudes soleadas, la historia personal previa de queratosis actínicas o cáncer de piel, los estados de inmunosupresión, y algunas enfermedades genéticas.


Clínicamente se presentan como lesiones planas (máculas) o algo sobreelevadas (pápulas, placas) habitualmente con una superficie escamosa, rasposa al tacto, y una base rojiza. Ocasionalmente presentan cierta inflamación asociada, y pueden ser más costrosas.

Suelen localizarse en áreas expuestas al sol (sobre todo cara, cuero cabelludo –sobre todo si existe escasa densidad de cabello-, cuello, escote, y dorso de manos).



Aunque en la inmensa mayoría de los casos el diagnóstico es clínico, si las biopsiamos (lo cual suele realizarse ante dudas por su espesor, induración, infiltración, ulceración, crecimiento rápido, ante recurrencias o persistencia tras tratamientos…), se aprecia una alteración de la estratificación de la epidermis (capas más superficiales de la piel) y en las células que la componen, los queratinocitos, que presentarán atipia. Además suelen existir engrosamiento epidérmico con aumento de grosor de la capa córnea y áreas focales de paraqueratosis.


La importancia clínica de las queratosis actínicas radica en su posible evolución a carcinoma epidermoide (también conocido como “carcinoma escamocelular” o “carcinoma espinocelular”), tumor maligno que puede diseminarse originando metástasis en ganglios linfáticos y órganos internos, e incluso originar la muerte. De hecho existe controversia, ya que algunos expertos (sobre todo de la escuela americana) consideran a las queratosis actínicas "por si mismas" como verdaderos cánceres cutáneos (aunque de baja agresividad), aunque en Europa suelen considerarse lesiones premalignas, y no un cáncer en sí mismas. 

Los estudios epidemiológicos demuestran que la presencia de queratosis actínicas resulta ser el factor predisponente más importante en el desarrollo del carcinoma epidermoide. Se calcula que al año pueden progresar a este tipo de cáncer entre el 0.25% y 20% de las queratosis actínicas.
Asimismo, todas las lesiones de queratosis actínicas, con indepedencia del grosor, son potencialmente invasivas, sin que podamos predecir cuál de ellas dará lugar al carcinoma.


De todo lo anterior se extrae la importancia de un correcto y pronto tratamiento de estas lesiones. Actualmente los tratamientos más utilizados son la crioterapia (“nitrógeno líquido”), cremas a base de diferentes moduladores de la respuesta inmunitaria como el 5-fluoruracilo (disponible en la actualidad en España combinado con ácido salicílico), el imiquimod, el diclofenaco sódico, el ingenol mebutato... y la terapia fotodinámica, aunque se trata de un campo en continuo desarrollo. Alternativas más agresivas como la cirugía suelen reservarse para casos muy seleccionados (lesiones muy infiltradas, gruesas, o dudosas).
 
La indicación de uno u otro tratamiento (e incluso la forma de aplicar cada tratamiento) depende de diversos factores incluyendo el tipo de lesiones (más o menos costrosas), el número de las mismas (múltiples o aisladas), su distribución (agrupadas en áreas corporales limitadas o muy dispersas), las zonas afectas (cuero cabelludo, cara, tronco, manos, etc.), la patología previa del paciente, su tipo de piel, la respuesta a tratamientos previos, la disponibilidad de medios de cada centro…. Y debe ser el dermatólogo quién, consensuando con el paciente, -tras valorar las diferentes opciones-, decida la mejor alternativa para cada caso individual.
 
Más información:

-Oppel T, Korting HC. Actinic keratosis: the key event in the evolution from photoaged skin to squamous cell carcinoma. Therapy based on pathogenetic and clinical aspects. Skin Pharmacol Physiol. 2004;17:67-76.

-Röwert-Huber J, Patel MJ, Forschner T, Ulrich C, Eberle J, Kerl H, et al. Actinic keratosis is an early in situ squamous cell carcinoma: a proposal for reclassification. Br J Dermatol. 2007;156(Suppl 3):8-12.

-Sterry W. Guideline Subcommittee of the European Dermatology Forum. Guidelines for the management of actinic keratoses. Disponible en www.euroderm.org
- Gupta A, Paquet M, Villanueva E, Brintnell W. Intervenciones para la queratosis actínica. Cochrane Database of Systematic Reviews 2012 Issue 12.

-Fernández-Figueras MTCarrato CSáenz XPuig LMusulen EFerrándiz CAriza A. Actinic keratosis with atypical basal cells (AK I) is the most common lesion associated with invasive squamous cell carcinoma of the skin.  2015;29(5):991-7.

sábado, 31 de agosto de 2013

Impétigo: Una epidemia en el verano


El impétigo es una infección superficial de la piel originada fundamentalmente por unas bacterias que de por sí podemos encontrar de forma natural en diferentes áreas de nuestro cuerpo, como son diferentes cepas de Streptococcus (estreptococo) y el Staphylococcus aureus (estafilococo dorado).
Habitualmente se originan tras un contacto directo con otra persona infectada, aunque también puede originarse por colonización desde el propio individuo, por estreptococos provenientes de su faringe, o por estafilococos procedentes de su nariz.
Es frecuente que tras las lesiones iniciales se produzcan posteriormente más lesiones por autoinoculación (el paciente se toca las lesiones y se transmite la infección a otras zonas de la piel). En cualquier caso el paciente suele presentar muy buen estado general, sin que las lesiones produzcan dolor.

Este tipo de infecciones son más habituales en los niños, aunque pueden aparecer a cualquier edad, y aunque pueden aparecer en cualquier parte del año, son más frecuentes en verano, al ser favorecidas por las condiciones de calor, humedad, contacto directo (juegos, más áreas de piel descubiertas…). Igualmente son más frecuentes en personas con alteración en la barrera cutánea, como puede ser un eccema, por lo que son especialmente habituales, por ejemplo, en niños con dermatitis átópica.

 

Se considera que existen dos formas clínicas de impétigo:

-Por un lado, el “Impétigo Simple” o “Impétigo Contagioso”, la forma más frecuente. Éste suele originarse por estafilococo, aunque también con frecuencia se origina por estreptococo. Las lesiones cutáneas originadas suelen originarse por una pequeña vesícula (que habitualmente no es perceptible ya que rápidamente se rompe originando la típica lesión  costrosa, cuya costra es amarillenta, de un color que recuerda al de la miel (“costra melicérica”).  Junto con las lesiones pueden apreciarse adenopatías (ganglios inflamados) en hasta el 90% de los casos, y si se realizase una analítica sanguínea (que por lo general no será necesaria) podría apreciarse leucocitosis en la mitad de los pacientes.

Incluso sin tratamiento las lesiones se suelen resolver en un mes, si bien teniendo en cuenta lo aparatoso y lo contagioso de las mismas, debe plantearse un tratamiento lo más precoz posible.
 
 
 
-Por otro lado, la otra forma clínica es el Impétigo Ampolloso. Éste se origina mucho más frecuentemente por estafilococo que por estreptococo. En estos casos, las ampollas suelen ser mayores, y fácilmente apreciables ya que permanecen intactas por 2-3 días. Al romperse, originan igualmente lesiones costrosas donde las costras pueden disponerse (si nos fijamos) en dos líneas paralelas, por lo cual se conoce como descamación “en vías de tren”, creciendo la lesión hacia el exterior (“crecimiento centrífugo”), dando a las lesiones un aspecto “circinado” (en anillos). Las lesiones pueden aparecer en cualquier localización del tegumento cutáneo (incluso en las palmas y las plantas), y en los recién nacidos, es frecuente que asienten en el área del pañal. Igualmente es característico que los pacientes presenten buen estado general, sin que en esta forma suelan apreciarse adenopatías.
Es importante distinguir esta forma de la “Piel Escaldada Estafilocócica”, en que las lesiones son muy similares. De hecho, se producen habitualmente por las toxinas de la misma bacteria (S. aureus), aunque en esta entidad la bacteria produce las lesiones por la diseminación de las toxinas a distancia, sin estar presente en la mismas, por lo que los cultivos serían negativos, y las lesiones son más extensas y llamativas, precisando tratamiento antibiótico intravenoso.

 

Habitualmente se trata de una infección relativamente banal, si bien ésta puede conllevar posibles complicaciones, tanto en el tejido subcutáneo (originando una celulitis infecciosa), como en diferentes órganos internos: Así, en el riñón, podría originar una glomerulonefritis (sobre todo en caso de infecciones por algunas cepas de estreptococo), a nivel osteoarticular, una osteomielitis o una artritis séptica. Igualmente podría desencadenar una neumonía, o incluso una septicemia (infección de la sangre). Ello justifica la importancia de un correcto diagnóstico, tratamiento y seguimiento de estos casos.

 

El tratamiento habitual se basa en la aplicación de una pomada antibiótica sobre las lesiones (fundamentalmente ácido fusídico o mupirocina), si bien pueden ser útiles determinadas sustancias astringentes y un descostrado suave de las mismas. Ante casos de impétigo recurrente o epidemias podría valorarse el uso de una pomada antibiótica nasal de forma profiláctica. Los antibióticos vía oral se reservan para casos severos o pacientes inmunodeprimidos.
 
Más información:
-Darmstadt GL. Impetigo: An overview. Pediatr Dermatol 1994;11:293-303.

-Van Rijen M, Bonten M, Wenzel R, et al. Pomada de mupirocina para prevenir las infecciones por Staphylococcus aureus en portadores nasales. Cochrane Plus, 2008 Número 4.