sábado, 28 de junio de 2014

Ya llegó el verano: ¿Cómo protegernos correctamente del sol?

En verano, y sobre todo en vacaciones, es cuando la mayoría de personas reciben unas dosis mayores de radiaciones ultravioleta (RUV), por un lado porque en vacaciones pasamos más tiempo al aire libre, y porque en verano la superficie terrestre está más cerca del sol -por lo que la intensidad de las radiaciones que nos llegan es mayor- y hay más horas de sol al día. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud nos dice que hasta el 80% del cáncer piel podría evitarse reduciendo la radiaciones solares sobre la piel.
 
El objetivo de la fotoprotección es prevenir el daño que ocurre en nuestra piel como resultado de su exposición a estas radiaciones, tanto a la RUV-A (“rayos UVA”) como a la RUV-B.

Pero… ¿Cómo protegernos correctamente del sol?

Aquí va nuestro “Decálogo de la Fotoprotección”:

1. Evite la exposición solar a mediodía (de 12 a 16h.). A estas horas los rayos solares nos alcanzan de forma más perpendicular, y por ello, de forma más intensa.

2. Utilice gorro, ropa y gafas de sol adecuadas. Las prendas que más protegen son aquellas de colores oscuros y tejidos tupidos, y deben estar lo más secas posible. Las gafas de sol deben ser gafas homologadas.

3. Use crema de fotoprotección, y use una adecuada, y de una forma correcta: Elija una crema con al menos un factor de protección de 15, que sea de amplio espectro (que proteja de radiaciones ultravioleta A y B), aplíquela (de forma “generosa”) 30 minutos antes de exponerse al sol en todas las zonas de piel que no vayan a estar cubiertas por ropa, y recuerde reaplicarla tras cada baño o cada 2-3 horas.
Todo lo que debemos saber sobre los protectores solares, en este blog:
http://javierdelboz.blogspot.com.es/2014/07/todo-lo-que-debemos-saber-sobre-los.HTML

 
4. Extreme las precauciones con los niños: Evite exposiciones solares directas en menores de 1año, y limite el tiempo de dichas exposiciones en el resto (sobre todo en los menores de 3 años).

5. Hidrátese adecuadamente: beba abundante agua y zumos de frutas, que le ayudarán a compensar la pérdida de agua y el estrés oxidativo originado por el sol (esto es especialmente importante en niños y personas mayores).

6. Recuerde protegerse ante cualquier actividad diurna al aire libre: “el sol no está sólo en la playa”: recuérdelo al realizar deportes al aire libre, al ir al campo, al salir a pasear, al realizar tareas de jardinería…

7. Consulte el Índice de Radiación Ultravioleta (UVI): con éste podrá ver la intensidad de las radiaciones ultravioleta para un determinado momento y en un lugar específico. Puede consultarlo a través de la Agencia Española de Meteorología ( www.aemet.es ). Ante un índice UVI sea mayor o igual a 3 debemos iniciar medidas de protección solar al realizar cualquier actividad al aire libre.

8. Busque la sombra. Use sombrillas de un tamaño suficiente y tejidos tupidos, y recuerde que aunque de esta forma evitará la mayoría de las radiaciones solares directas (que por otro lado son las más importantes), aún estará expuesto a radiaciones solares que nos llegan de forma indirecta.

9. Tenga en cuenta la superficie en que se encuentra, y recuerde protegerse también en días nublados. Recibimos radiaciones solares no sólo de forma directa, sino también indirecta, al reflejarse en determinadas superficies, y por dispersión. Así, los rayos solares se reflejan en gran porcentaje en la nieve, el agua, el césped o la arena, por ejemplo. Por otro lado, los rayos solares pueden atravesar el agua, por lo que no por estar dentro del agua estamos protegidos, e igualmente buena parte de las radiaciones ultravioleta atraviesan las nubes, a pesar que no percibamos tanta luz o tanto calor.

10. Examine su piel regularmente, y si encuentra alguna lesión nueva o advierte cambios en color, forma, tamaño o algún síntoma (picor, dolor, sangrado…) en algún lunar, consulte con su dermatólogo.

Más información:
-Campaña de Fotoprotección del Hospital Costa del Sol: www.disfrutadelsol.hcs.es
-Fotoprotección. Gilaberte Y, et al. Actas Dermosifiliográficas 2004;94:271-93.
-Fotoprotección en la infancia: En este blog:  http://javierdelboz.blogspot.com.es/2012_07_01_archive.html




miércoles, 11 de junio de 2014

Pitiriasis Capitis: La Caspa

-¿Qué es?
El término “Pitiriasis” hace referencia a “descamación” y “capitis” a cabeza. Es decir, en definitiva estamos hablando de descamación en el cuero cabellludo, lo que comúnmente llamamos “caspa”.
-Origen:
Esta descamación surge cuando las células de la epidermis (queratinocitos) se van desprendiendo a un ritmo acelerado, y aunque la causa no es del todo conocida, parece que existe una cierta susceptibilidad individual (predisposición), también influye la secreción sebácea (de grasa) por parte de las glándulas sebáceas del cuero cabelludo (en muchos casos, más que la cantidad de secreción grasa, influye su especial composición) y parece existir además una proliferación de determinados microorganismos que forman parte de la flora habitual de la zona, sobre todo unas levaduras (un tipo de hongos) conocidas como Malasezzia.
Para muchos, la pitiriasis capitis no es más que un tipo de dermatitis (dermatitis seborreica), aunque en muchos casos no hay "dermatitis" obvia acompañando a la descamación.
Igualmente, es evidente que en muchos casos los brotes se desencadenan o las lesiones empeoran ante determinadas circunstancias, como es el caso del estrés, el frío o la humedad.
-Clínica:
La manifestación clínica fundamental es la descamación en forma de escamas finas, pequeñas, blancas o grisáceas, que se desprenden fácilmente y que pueden afectar a todo el cuero cabelludo. Estas escamas pueden ser más secas o grasas según la secreción sebácea que se produzca, e igualmente pueden ser más o menos adheridas (“pegajosas”), y en ocasiones pueden ser escamas más gruesas.
Además, pueden acompañarse de cierta inflamación en el cuero cabelludo (en forma de rojez, que frecuentemente origina picor).

-Tratamiento:
El tratamiento tendrá dos objetivos fundamentales. Por un lado, eliminar esas escamas, pero por otro lado, prevenir los rebrotes. Para ello se usan fundamentalmente lociones o champús con sustancias con acción antifúngica (contra esos hongos que parecen involucrados en su origen) pero también antiinflamatoria (ketoconazol o ciclopiroxolamina sobre todo), e igualmente conteniendo sustancias seborreguladoras, y en caso de escamas gruesas, será útil la aplicación de sustancias queratolíticas (que ayudan a disolver las escamas) como puede ser el ácido salicílico.