Las verrugas víricas (originadas
por virus de papiloma humano) frecuentemente se resuelven de forma espontánea.
Sin embargo, una actitud expectante es a menudo una opción poco satisfactoria
para los pacientes o sus padres (en caso de niños), pues las lesiones pueden
permanecer por años, pueden diseminarse, pueden originar molestias, ser inestéticas,
y pueden contagiarse a otras personas.
Por otro lado, el tratamiento de
las verrugas víricas se torna en algunos casos complicado, existiendo múltiples
diferentes alternativas terapéuticas, no exentas de posibles efectos adversos, sin
que exista ninguna opción “ideal”. Dicho tratamiento suele ser aún más complejo
en el caso de las verrugas plantares (verrugas víricas en la planta del pie,
vulgarmente conocidas como “papilomas”). Más información en este blog sobre verrugas plantares.
imagen tomada de Flickr
En estos casos, la aplicación de
cantaridina (habitualmente en combinación con ácido salícilico y
podofilotoxina) suele ser una alternativa efectiva y segura.
La cantaridina es una toxina
natural que se obtiene de unos escarabajos vesicantes y que ha sido usada en el
tratamiento de moluscos contagiosos y verrugas desde los años 50 (más información en este blog). Esta sustancia actúa como queratolítico (destructor
de la capa más superficial de la piel) y vesicante (originando ampollas
intraepidérmicas) 1-2 días después de su aplicación.
En una reciente publicación se realizó
una revisión sistemática de los estudios publicados respecto al tratamiento de
verrugas víricas o moluscos contagiosos con cantaridina tópica en los últimos
50 años (1958-2018), incluyéndose 20 estudios (12 respecto a verrugas, 10
respecto a moluscos) que englobaban a más de 1700 pacientes, niños y adultos, aunque
solo 4 de estos estudios eran ensayos clínicos con un grupo de comparación, por
lo que el nivel general de evidencia de los estudios era bajo.
Respecto a su uso en verrugas
plantares (tanto en niños como en adultos) la cantaridina (sobre todo al 1%, y en
combinación con ácido salicílico 30% y podofilotoxina 5%) mostró una gran
eficacia, con tasas de aclaramiento (desaparición completa de las verrugas) superiores
al 80%, e incluso obteniendo algunos estudios una resolución del 100% de las
lesiones tratadas.
Un estudio comparó el tratamiento
de las verrugas plantares mediante esta combinación frente al uso de nitrógeno
líquido (crioterapia), siendo muy superiores los resultados obtenidos mediante
la fórmula con cantaridina. De la misma
forma, otro estudio muy reciente comparó (también en verrugas plantares) la
combinación de cantaridina y ácido salicílico (esta vez, con resina de
podofilino al 20%) frente al tratamiento mediante láser de Neodimio-Yag, y de
nuevo los resultados fueron mejores en el grupo tratado con cantaridina.
Por otro lado, la potencia de la
cantaridina puede aumentarse si tras su aplicación se realiza oclusión.
Por lo general, la satisfacción
respecto al tratamiento fue muy alta, de más de 9 sobre 10, y los pacientes
refirieron que volverían a repetir el mismo tratamiento.
En el caso de los niños, la
cantaridina puede resultar una opción especialmente útil, teniendo en cuenta
que la aplicación en sí es indolora (si bien unas horas o días más tarde sí
puede haber una reacción inflamatoria local que puede originar molestias), por
lo que pueden tratarse varias lesiones en una misma sesión sin originar en el
momento molestias al niño, y siendo más fácil repetir el tratamiento si fuese
necesario.
Otra ventaja de la cantaridina es
que su aplicación puede llegar a zonas de difícil acceso terapéutico, como
ocurre con las verrugas que se extienden debajo de las uñas.
Los efectos adversos que más
frecuentemente se asociaron a la aplicación de cantaridina (para verrugas
víricas y moluscos) fueron los siguientes:
-Dolor: Descrito en el 7-85% de
casos, apareció con más frecuencia cuando la cantaridina se usó al 1%. El dolor
fue menor en comparación con el acaecido en relación a crioterapia o al
tratamiento con láser de neodimio. Por lo general este dolor es limitado en el
tiempo, y suele tolerarse bien con el uso de analgésicos.
-Formación de ampollas (en 10-100%
de los casos)
-Alteraciones de la pigmentación
(habitualmente transitorias, y que se apreciaron en el 1-53% de casos). Debe
tenerse en cuenta sobre todo en personas de piel oscura, en que puede ocurrir
de manera más frecuente.
-Aparición de “verrugas en anillo”
tras el tratamiento: esto implica la aparición de verrugas alrededor de la
lesión que fue tratada con cantaridina.
-Cicatrices post-tratamiento:
Infrecuentes, pero descritas; debe tenerse en cuenta sobre todo a la hora de
tratar personas que tienden a cicatrizar de forma anómala.
-Otros posibles efectos adversos
incluyen picor, sangrado, enrojecimiento, quemazón, irritación, linfangitis,
linfedema...
Para minimizar las posibles
molestias asociadas, se recomienda aplicar sólo una capa fina de cantaridina,
aplicarla sólo en la piel lesional, y minimizar el tiempo de oclusión.
A pesar de todo lo comentado
previamente, y de su uso extendido (sobre todo en Estados Unidos) el uso de
cantaridina no está aprobado en verrugas (ni moluscos) por la Agencia americana reguladora del medicamento (FDA), aunque en
2015 la propia FDA (el comité de asesoramiento en compuestos farmacéuticos)
aceptó que la cantaridina se incluyese dentro de la lista de “Bulk Drug
Substances”, una lista creada por la FDA en que se incluyen sustancias de las
que la FDA permite su uso tópico, siempre que sea aplicado por profesionales sanitarios y en un
medio sanitario.
En resumen, el uso de cantaridina
tópica en el tratamiento de verrugas víricas es efectiva, bien tolerada, y se
relacionó con un alto nivel de satisfacción por parte de los pacientes
tratados. Estos resultados son especialmente interesantes en el tratamiento de
las verrugas plantares, que frecuentemente son difíciles de tratar. A pesar de
ello, es necesario el desarrollo de nuevos estudios que permitan obtener mayor
nivel de evidencia con los que determinar la mejor pauta de tratamiento.
Más información:
-Vakharia PP, Chopra R,
Silverberg NB, Silverberg JI. Efficacy and Safety of Topical Cantharidin
Treatment for Molluscum Contagiosum and Warts: A Systematic Review. Am J Clin
Dermatol. 2018 Aug 10. doi: 10.1007/s40257-018-0375-4. [Epub ahead of print].
-Kacar N, Tasli L, Korkmaz S, Ergin
S, Erdogan BS. Cantharidinpodophylotoxin-salicylic acid versus cryotherapy in
the treatment of plantar warts: a randomized prospective study. J Eur Acad
Dermatol Venereol. 2012;26:889–93.
-Ghonemy S. Treatment of
recalcitrant plantar warts with long pulsed Nd:YAG laser versus cantharidin-podophylline
resin-salicylic acid. J Cosmet Laser Ther. 2017;19:347–52.
- López López D, Vilar Fernandez
JM, Losa Iglesias ME, Alvarez Castro C, Romero Morales C, Garcia Sanchez MM, et
al. Safety and effectiveness of cantharidin-podophylotoxin-salicylic acid in
the treatment of recalcitrant plantar warts. Dermatol Ther. 2016;29:269–73.
- En este blog:
Cantaridina en el tratamiento de moluscos contagiosos:
http://javierdelboz.blogspot.com/2014/03/adios-los-moluscos-contagiosos-con-un.html
Verrugas plantares: el "papiloma":
http://javierdelboz.blogspot.com/2015/11/verrugas-plantares-el-papiloma.html