-¿Qué son los fotoprotectores?
Cuando pensamos en el concepto de
“fotoprotector” o “protector solar” pensamos en el concepto clásico de “sustancias
que absorben, reflejan o dispersan los fotones, evitando la penetración de la
radiación UV (RUV) en la piel y el daño solar”, aunque en los últimos años se han
producido grandes avances que han originado sustancias que ya presentan algunos
fotoprotectores y que además reparan ese daño inducido por la radiación UV inactivando los radicales libres que originan las radiaciones o incluso reparando
el material genético (ADN) dañado.
-¿Cuál es la composición de los
protectores solares?
Un fotoprotector suele ser la
combinación de varias sustancias (“principios activos”) fotoprotectoras, y de
un excipiente, y en algunos países como Estados Unidos y Australia son incluso
considerados medicamentos.
Estas sustancias a su vez pueden
dividirse en filtros físicos, filtros químicos, y filtros biológicos, y hoy en
día la mayoría de cremas fotoprotectoras contienen una mezcla de filtros.
Los filtros físicos o “minerales”
(como el óxido de titanio) actúan “como una pantalla”, reflejando la luz solar.
Por otro lado, comienzan a actuar de forma inmediata, y al contener menos
sustancias químicas, presentan menos riesgo de alergias, por lo que son de
elección en niños (sobre todo niños pequeños) y en pieles muy delicadas; además
son los más efectivos. A pesar de ello, son menos usados, y ello se debe a que
son menos cosméticos, dejando un tono más blanquecino en la piel, y extendiénse
algo peor (si bien cada vez se va consiguiendo una mayor cosmeticidad).
Los filtros químicos en cambio
actúan absorbiendo la luz solar, si bien comienzan a realizar su efecto unos 30
minutos tras haberse aplicado. Aunque no son frecuentes, sí conllevan más
riesgo de alergias, y por ello suelen recomendarse menos en niños, si bien son
los más cosméticos y por ello los más usados.
Por últimos, los filtros
biológicos, los más novedosos, se componen fundamentalmente de sustancias
antioxidantes y antiradicales libros, procurando una prevención (e incluso una
reparación) del daño sobre el ADN.
-¿De qúe radiaciones nos protegen
los fotoprotectores?
Las sustancias
utilizadas pueden ser útiles para defendernos de radiaciones ultravioleta de
diferente espectro: algunas protegen contra las RUV-A (como las benzofenonas),
otras frente a las RUV-B (como el Octotrileno), aunque lo ideal es que los fotoprotectores sean “de
amplio espectro”, es decir que contengan sustencias que sean útiles frente a ambas tipos de radiaciones. Los polvos minerales, por ejemplo, son útiles frente a las RUV-A, B, C y
Radiaciones Infrarrojas. A pesar de ello, NO debemos hablar de “pantalla
total”, pues es un término erróneo, ya que ningún protector protege de una
forma “total” frente a las radiaciones solares.
-Presentaciones: ¿Cuál elegir?
Por otro lado, podemos encontrar
los protectores solares en diferentes presentaciones: Cremas, lociones, geles,
aceites, sticks, maquillajes, sprays, emulsiones, leches… Para elegir el más conveniente en cada caso, deberemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:
De forma general, para zonas
“vellosas” usaremos excipientes poco grasos como pueden ser geles, sprays… Por
otro lado, en pieles grasas (y especialmente en la cara) usaremos igualmente
formas de base acuosa que no produzcan exceso de sebo como puede ser una emulsión. En cambio,
en niños y en personas de pieles sensibles o secas suelen ser más recomendables
las leches, los aceites o las cremas.
Las soluciones, los sprays y las
emulsiones en agua son poco oleosas y más fáciles de aplicar, pero tienen menor
poder de fotoprotección y, sobre todo, de permanencia, mientras que las leches
y las cremas grasas son más resistentes al agua y al sudor. Los sticks por otro
lado proporcionan un factor de protección elevado debido a la gran cantidad de
filtros físicos que contienen, y suelen ser especialmente útiles para ser
aplicadas en cicatrices o zonas localizadas especialmente sensibles.
Igualmente, si vamos a realizar
actividades acuáticas, deberemos buscar que se trate de fotoprotectores que
resistan el agua: Cuando el envase indica “Water-Resistant” según Asociación
Europea de Fabricantes de Cosméticos esto indicaría resistencia a 2 inmersiones
de 20 minutos, y cuando indica “Water-Proof”, equivaldría a resistencia a 4
inmersiones de 20 minutos.
-El Factor de Protección Solar:
FPS.
Respecto al factor de protección
solar (FPS) que podemos encontrar en el envase del protector, éste nos indica
“cuántas veces más está protegida la piel frente a la quemadura solar (que se
produce por RUV-B) con la crema, que sin ella”. Por ejemplo, un FPS de 15
indicaría que estaríamos 15 veces más protegidos con la crema que sin ella.
Se ha calculado que con un FPS de
15 estaríamos protegidos de aproximadamente el 92% de las radiaciones solares,
y con un FPS de 50 nos protegería de aproximadamente el 98%, y en FPS de más de
50 ya la protección sería prácticamente la misma.
¿Por qué entonces no usamos
directamente todos un FPS 15?
Las cifras anteriores tienen
“truco”: El FPS se calcula mediante mediciones en condiciones controladas con
una cantidad aplicada de producto de 2 mg/cm2,, lo cual no suele suceder en
condiciones habituales. De hecho, en la realidad la aplicación habitual suele
ser un 25% de la recomendada, lo que equivale a obtener una protección 1/3 de
la etiquetada en el producto (si el envase que usamos pone FPS 50, realmente
estaríamos protegidos aproximadamente como con un FPS 15 correctamente
aplicado).
De hecho, según la FDA (Food and
Drug Administration, agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de
la regulación de fármacos y cosméticos entre otros), para que un fotoprotector
pueda reclamar que “previene el cáncer del piel (aparte de usarse con otros
métodos de protección)” debe ser de amplio espectro con un FPS mínimo de 15, y
la normativa actual habla de fotoprotectores de “baja protección” si el FPS es
menor a 15, de “protección intermedia” si el FPS está entre 15 y 30,
“protección alta” si el FPS está entre 30 y 50, y “protección muy alta”, si es
mayor o igual de 50.
Además del FPS, cada vez
encontramos en más envases indicado el factor de protección frente a las
radiaciones UVA, que se conoce como PPD.
-¿Y cómo usar correctamente el
fotoprotector?
Lo debemos aplicar 30 minutos
antes de exponernos al sol, en todas las áreas descubiertas, en cantidad
“generosa” (lo ideal son 2 mg/cm2: para toda la piel, debería valer con una
cantidad de crema que abarque toda la palma de una mano). Además, deberemos reaplicar
cada 2 horas y tras baños/sudor.
Eso sí, nunca se debe emplear a
las cremas como pretexto para aumentar el tiempo de exposición solar.
-Una novedad: Fotoprotectores
Orales:
Son
cápsulas compuestas de sustancias naturales, contenidas en muchos casos en
diferentes frutas y verduras (aunque aquí son concentradas en cantidades
mayores), como son las vitaminas C y E, los betacarotenos, el té verde, el Polipodium
leucotomos y los ácidos grasos OMEGA 3, que son sustancias con efecto antiradicales
libres, antienvejecimiento, que pueden ser muy útiles en casos de “alergias
solares” y que son complementarios (y nunca un sustituto) a las cremas
protectoras.
Más información sobre fotoprotección en este blog:
-Cómo protegernos correctamente del sol: http://javierdelboz.blogspot.com.es/2014_06_01_archive.html
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