La Dra. Gloria Requena,
alergóloga general y pediátrica en Clínica del Río de Estepona, clínica Lacibis
en Alhaurín el Grande, Hospital Xanit de Benalmádena y en Hospital Ceram de
Marbella, nos habla sobre las picaduras de insectos, tan frecuentes en esta
época del año.
En verano, una gran multitud de
insectos voladores invaden el aire y nos atacan dentro y fuera de casa. Por lo
general, las molestias causadas por sus picaduras suelen ser leves y terminan
por pasar, pero algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas que
en raras ocasiones pueden ser graves.
Diversos insectos pueden provocar
reacciones alérgicas en personas sensibles. Entre ellos, los más importantes son los
himenópteros (abejas, avispas y algunas hormigas americanas), los Mosquitos,
las chinches, las pulgas, los tábanos y la procesionaria del pino, que iremos
comentando.
Mosquitos
Culex pipiens se considera el
culicídeo más encontrado en el ambiente humano. Necesitan la sangre para poner
sus huevos, y sólo pican las hembras. Suelen producir reacciones
locales (en el sitio de picadura) de tipo inmediato, con aparición de
enrojecimiento inmediato en el lugar de la picadura, con mucho picor asociado,
con aparición de una pápula (pequeña sobreelevación de la piel) en las 2-6
horas posteriores y que puede durar entre 1 y 2 días.
Al contrario de lo que ocurre con
abejas y avispas, las reacciones generalizadas son bastante raras, y diversos
estudios parecen demostrar que parte de las reacciones cutáneas exageradas a
picadura de mosquitos se producen por mecanismo de sensibilidad a su saliva.
Tras sucesivas picaduras, pueden
desarrollarse cuadros de hipersensibilidad (reacción exagerada originada por
parte de las propias defensas de nuestro cuerpo) en que se originan múltiples
“ronchas” (la gran mayoría, en áreas donde no presentó picaduras) que pican
mucho, pueden aparecer en varias “tandas” y que pueden permanecer por varias
semanas, lo cual es conocido como “PRÚRIGO” o “URTICARIA PAPULOSA”, muy común
en niños, pero que también puede verse con cierta frecuencia en adultos. Si nos
fijamos, estas “ronchas” del prurigo presentan en su superficie una vesícula
milimétrica, que rápidamente se rompe formando una costra al rascarse la zona.
Parece ser que las personas que
sufren reacciones locales intensas a las picaduras de mosquito NO son más
frecuentemente alérgicos que aquellos que sufren reacciones “normales”.
Chinches
Se alimentan habitualmente por la
noche. Residen en
grietas del suelo paredes, en las camas
y los muebles. Frecuentemente originan reacciones en zonas expuestas (no
cubiertas por ropa) como cara, cuello, brazos y manos, con dos o tres lesiones papulosas en fila (se les denomina picaduras de “desayuno, almuerzo y cena”).
Pulgas
Pulex irritans es la especie que
con mayor frecuencia parasita al hombre. Son ectoparásitos de 1-8 mm, sin alas,
que se alimentan de sangre de vertebrados. La lesión (localizada) consiste en
una pápula eritematosa centrada por una petequia (punto rojizo o violáceo), pruriginosa,
que suele persistir varios días, y aparecen sobre todo en tobillos/piernas. Las manifestaciones clínicas más relevantes
son cuadros urticariales, erupciones vesiculosas o eccema. También pueden desencadenar cuadros de prúrigo, igual que
los mosquitos. Las pulgas que parasitan habitualmente animales (gatos, perros,
pájaros) cuando parasitan al hombre origina cuadros aún más intensos que la de
la pulga humana.
Tábanos
Pertenece a la familia de las
moscas. Se trata de una hembra hematófaga de sangre humana. Suele originar picaduras dolorosas, pudiendo originar nódulos ("bultos") dolorosos bajo la piel, y ocasionalmente reacciones locales intensas
(vesículas y ampollas de contenido líquido), e incluso pueden producirse
reacciones anafilácticas (reacciones alérgicas de gran intensidad con
afectación generalizada, no sólo de piel, sino también de las mucosas, pudiendo dificultar respirar o tragar, e incluso originar un fallo de diferentes órganos y llevar a la muerte) de mecanismo mediado por IgE.
Procesionaria del pino
Es la oruga del lepidóptero
nocturno Thaumetopoea pityocampa. Afecta a distintas clases de pinos, en los
que forma sacos de aspecto algodonoso. Las larvas lanzan pelos urticantes, que
pueden ser transportados por el viento y producir cuadros como conjuntivitis y
dermatitis debido a un mecanismo inespecífico. También pueden desencadenar
casos de urticaria (“con habones que van cambiando de localización o
desaparecen en cuestión de minutos/horas”), rinitis, asma e incluso anafilaxia.
Entre los himenópteros
encontramos diferentes familias:
Apoideos (abejas y abejorros),
Vespoideos (avispas y avispones) y Formicoideos (hormigas). Puesto que en
nuestro medio la reacción por picadura de hormiga tiene poco valor, nos
centraremos en los primeros.
Avispas: son de color negro con
rayas amarillas transversales. Dado que su aguijón es liso, pueden picar en más
de una ocasión. El género Polistes (avispas papeleras) se caracteriza por
realizar nidos aéreos, mientras que el género Véspula (yellow jackets), mucho más agresivo,
también los realiza en huecos.
Abejas: son el himenóptero más
frecuente en nuestro medio. Su cuerpo presenta pilosidad y su aguijón es
dentado (en forma de arpón), lo que conlleva que con frecuencia su picadura
produzca la muerte de la propia abeja por evisceración abdominal, ya que el aguijón
queda clavado.
La mortalidad por reacción grave
(anafilaxia) tras picaduras se encuentra en torno a 8 fallecimientos por cada
cien millones de habitantes/año. De éstos, gran parte, se producen en los
primeros 30 minutos tras la picadura y normalmente se podrían evitar si se
dispusiese en ese momento de adrenalina.
Los factores de riesgo para una
reacción alérgica grave son:
• Exposición a las picaduras.
• Edad: los niños tienen una
reactividad menor al veneno.
• Gravedad de la reacción previa:
cuanto más grave es la reacción previa, mayor es la probabilidad de que se
repitan este tipo de reacciones intensas, e incluso de que sea mortal.
• Cantidad de veneno inoculado:
depende de la especie, de la duración de la picadura, de la extracción del
aguijón…
• Tratamiento farmacológico (que ya estuviera haciendo el paciente) con
beta-bloqueantes o con inhibidores de enzima conversora de angiotensina
(fármacos habitualmente usados como tratamiento de hipertensión arterial o de
arritmias del corazón).
¿Cómo prevenir las picaduras?
Se deben tener en cuenta una
serie de medidas encaminadas a evitar la picadura de insectos en pacientes
sensibilizados, tales como evitar comer o beber al aire libre y el uso de ropa
de colores llamativos y los perfumes en el campo; debe evitar acercarse a
árboles frutales, flores, arbustos y basura. Además se recomienda viajar en
automóvil con las ventanillas cerradas, y evitar movimientos bruscos cuando se
detecte una abeja o avispa cerca.
Tratamiento de picaduras de
insectos
• Medidas generales:
-Extraer el
aguijón sin comprimirlo, en caso de picadura de abeja, y alejarse de la zona
del “accidente” (puede que haya más abejas cerca).
-Sobre reacciones locales, aplicar
frío en la zona (gasas con agua fría o hielo) y tratar con antihistamínicos vía
oral y corticoides tópicos u orales.
• Reacciones sistémicas: el
tratamiento habitual para la anafilaxia consiste en adrenalina autoinyectable
para administración intramuscular, en la dosis que haya recomendado el
alergólogo, y educación para que la lleve siempre consigo.
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