martes, 26 de abril de 2016

Rosácea: Esa piel tan sensible…

¿Qué es la rosácea?
Se trata de una alteración inflamatoria de la piel de evolución crónica que afecta fundamentalmente la zona centrofacial (las mejillas, la nariz, la frente, la barbilla), y en ocasiones también el cuello.

Algunos datos...
La rosácea es un proceso relativamente común y que habitualmente se diagnostica con cierta facilidad.  Se calcula que en el mundo existen 40 millones de personas con rosácea. aunque sólo el 10% han sido diagnosticados.
Según algunos estudios no se aprecia un claro predomino por sexos (en otros el predominio es en sexo femenino), aunque sí parece evidente que por lo general las mujeres consultan al respecto con mayor frecuencia. Suele afectar a personas de piel clara.
Aunque puede aparecer a cualquier edad (incluso en la infancia), la mayoría de casos suelen debutar en la edad adulta, situándose el mayor pico de incidencia entre los 40 y 50 años.
No es raro además que exista una cierta predisposición genética; se calcula que el 30% de pacientes con rosácea tienen familiares afectos.

Un poco de historia y terminología…
Aunque tenemos referencias en textos médicos a la rosácea ya en el siglo XIV, ésta ya había sido perfectamente descrita en la pintura y la literatura clásica. Su nombre viene del latín roseceae (color parecido a la rosa).
Si bien existió una cierta confusión con respecto a la rosácea al haberse incluido dentro de las formas de acné en el siglo XIX (los episodios de inflamación pueden asemejar un acné), actualmente es bien conocido que se trata de entidades distintas, con diferente origen (en la rosácea no hay relación con las glándulas sebáceas) e incluso diversos tratamientos para el acné pueden empeorarla.

Origen
Si bien su etiología es desconocida y aparentemente compleja, parece que pudiera explicarse como un trastorno inflamatorio con una alteración de la respuesta inmune y del sistema vascular superficial de la piel.
Aparentemente podrían influir diferentes factores:
-Factores de tipo vascular: probablemente exista una alteración de la microcirculación de los vasos sanguíneos de la cara, lo cual se apoyaría por su componente de rojez y su (relativamente frecuente) asociación a la migraña, así como por su mejoría con vasoconstrictores.
-Factores de tipo alimentario: El alcohol, excitantes como el café o té, y las comidas calientes, especiadas o picantes pueden inducirla/empeorarla.
-Factores infecciosos: el parásito Demodex folliculorum, que de forma habitual podemos encontrar en las zonas sebáceas de la cara, podría desencadenar la inflamación, y con menor evidencia se ha relacionado también a Helicobacter pilori, que suele asociarse a úlcera gastroduodenal.
-Factores psicológicos: frecuentemente se trata de personas con estrés, e incluso pueden presentar trastornos depresivos o de ansiedad, si bien es difícil saber qué va antes...
Se calcula que casi el 70% de los pacientes con rosácea presentan brotes cada mes en relación al estrés emocional, y es obvio que la rosácea puede originar un gran impacto emocional. Según algunos estudios casi el 90% de los pacientes con rosácea refieren baja autoestima, y se sienten "avergonzados por su aspecto". Por otro lado, con un tratamiento oportuno, casi el 70% de los pacientes refieren mejoría de su bienestar a nivel emocional.
-Factores ambientales: los cambios de temperatura y ambientes secos influyen en los brotes de dilatación de los vasos sanguíneos que favorecen la rojez.

Manifestaciones clínicas y Diagnóstico
Entendemos de forma general por rosácea cuando existe una piel de la cara (y puede que también de cuello y escote) que se caracteriza por una gran sensibilidad, frecuentemente al seca, que reacciona (habitualmente con rojez) ante pequeños estímulos como pueden ser cambios de temperatura, exposición solar, ingesta de alcohol… y sobre la cual además pueden aparecer “granos”.
Pero existe una gran heterogeneidad de signos y síntomas que pueden aparecer en la rosácea, y según el consenso alcanzado por un grupo de expertos para el diagnóstico de rosácea deberían existir al menos uno de los llamados “signos primarios” y uno de los llamados “signos secundarios”.

Los signos primarios serían:
-Enrojecimiento transitorio (lo que se suele conocer por “flushing”).
-Eritema persistente (el enrojecimiento es continuo).
-Pápulas (“granos rojizos sin pus”)
-Pústulas (“granos con pus”)
-Telangiectasias (pequeños vasos sanguíneos superficiales dilatados, que suelen aclararse al presionarlos y al dejar de presionar vuelven a llenarse; serían como “varices milimétricas”).

Los signos secundarios serían:
-Quemazón/picor.
-Piel seca.
-Edema (hinchazón).
-Afectación ocular.
-Localización extrafacial.
-Fima: engrosamiento de la piel; el más frecuente, de la nariz (“rinofima).



Tipos de rosácea
Según la aparición de esos signos y su expresividad, pueden diferenciarse diferentes tipos de rosácea, lo cual tendrá implicación por su manejo distintivo. Los fundamentales serían:
-Rosácea eritematotelangiectáctica (o vascular): con flushing y eritema facial persistente.
-Rosácea papular (o papulopustulosa): con eritema facial persisten y presencia transitoria de pápulas y/o pústulas, con posible picazón o quemazón.
-Rosácea fimatosa: con engrosamiento de la piel de la cara; lo más frecuente de la nariz, pero posible en mentón, frente, párpados, orejas…
-Rosácea ocular: con ojos llorosos y rojos por hiperemia conjuntival, escozor, sensación de “cuerpo extraño” (de “tener algo metido en el ojo”), visión borrosa, y posibles tealngiectasias en conjuntiva y párpados; pueden asociar chalazión/orzuelos.
-Rosácea granulomatosa: Considerada una variante de rosácea más que un subtipo, y a veces de más difícil diagnóstico, suele presentarse como pápulas eritematosas en zona superior de la cara, frecuentemente en zona alrededor de ojos o nariz.

Igualmente, existen otras formas más infrecuentes de rosácea, y cuadros que pueden ser similares a una rosácea, por la que el diagnóstico y manejo de estos casos debe correr a cargo del dermatólogo.

Tratamiento
Si bien actualmente no contamos con un tratamiento curativo, sí contamos cada vez con más medios para, según cada caso concreto, lograr un control adecuado del cuadro, y esto lo comentaremos en el siguiente post (enlace aquí al post sobre tratamiento).

Más información:
-Sociedad Nacional de Rosácea de Estados Unidos: www.rosacea.org/


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