¿Qué
es la rosácea?
Se
trata de una alteración inflamatoria de la piel de evolución crónica que afecta
fundamentalmente la zona centrofacial (las mejillas, la nariz, la frente, la barbilla),
y en ocasiones también el cuello.
Algunos datos...
La
rosácea es un proceso relativamente común y que habitualmente se diagnostica
con cierta facilidad. Se calcula que en el mundo existen 40 millones de personas con rosácea. aunque sólo el 10% han sido diagnosticados.
Según
algunos estudios no se aprecia un claro predomino por sexos (en otros el
predominio es en sexo femenino), aunque sí parece evidente que por lo general
las mujeres consultan al respecto con mayor frecuencia. Suele afectar a
personas de piel clara.
Aunque
puede aparecer a cualquier edad (incluso en la infancia), la mayoría de casos
suelen debutar en la edad adulta, situándose el mayor pico de incidencia entre
los 40 y 50 años.
No
es raro además que exista una cierta predisposición genética; se calcula que el
30% de pacientes con rosácea tienen familiares afectos.
Un
poco de historia y terminología…
Aunque
tenemos referencias en textos médicos a la rosácea ya en el siglo XIV, ésta ya
había sido perfectamente descrita en la pintura y la literatura clásica. Su
nombre viene del latín roseceae (color parecido a la rosa).
Si
bien existió una cierta confusión con respecto a la rosácea al haberse incluido
dentro de las formas de acné en el siglo XIX (los episodios de inflamación
pueden asemejar un acné), actualmente es bien conocido que se trata de
entidades distintas, con diferente origen (en la rosácea no hay relación con
las glándulas sebáceas) e incluso diversos tratamientos para el acné pueden
empeorarla.
Origen
Si
bien su etiología es desconocida y aparentemente compleja, parece que pudiera
explicarse como un trastorno inflamatorio con una alteración de la respuesta
inmune y del sistema vascular superficial de la piel.
Aparentemente
podrían influir diferentes factores:
-Factores de tipo vascular: probablemente exista una
alteración de la microcirculación de los vasos sanguíneos de la cara, lo cual se apoyaría por su componente
de rojez y su (relativamente frecuente) asociación a la migraña, así como por su mejoría con
vasoconstrictores.
-Factores de tipo alimentario: El alcohol, excitantes como el café o
té, y las comidas calientes, especiadas o picantes pueden inducirla/empeorarla.
-Factores infecciosos: el parásito Demodex folliculorum, que de forma habitual podemos encontrar en las zonas sebáceas de la cara, podría desencadenar
la inflamación, y con menor evidencia se ha relacionado también a Helicobacter pilori, que suele
asociarse a úlcera gastroduodenal.
-Factores psicológicos: frecuentemente se
trata de personas con estrés, e incluso pueden presentar trastornos depresivos
o de ansiedad, si bien es difícil saber qué va antes...
Se calcula que casi el 70% de los pacientes con rosácea presentan brotes cada mes en relación al estrés emocional, y es obvio que la rosácea puede originar un gran impacto emocional. Según algunos estudios casi el 90% de los pacientes con rosácea refieren baja autoestima, y se sienten "avergonzados por su aspecto". Por otro lado, con un tratamiento oportuno, casi el 70% de los pacientes refieren mejoría de su bienestar a nivel emocional.
Se calcula que casi el 70% de los pacientes con rosácea presentan brotes cada mes en relación al estrés emocional, y es obvio que la rosácea puede originar un gran impacto emocional. Según algunos estudios casi el 90% de los pacientes con rosácea refieren baja autoestima, y se sienten "avergonzados por su aspecto". Por otro lado, con un tratamiento oportuno, casi el 70% de los pacientes refieren mejoría de su bienestar a nivel emocional.
-Factores ambientales: los cambios de temperatura y ambientes secos influyen en los brotes de
dilatación de los vasos sanguíneos que favorecen la rojez.
Manifestaciones
clínicas y Diagnóstico
Entendemos
de forma general por rosácea cuando existe una piel de la cara (y puede que
también de cuello y escote) que se caracteriza por una gran sensibilidad,
frecuentemente al seca, que reacciona (habitualmente con rojez) ante pequeños
estímulos como pueden ser cambios de temperatura, exposición solar, ingesta de
alcohol… y sobre la cual además pueden aparecer “granos”.
Pero
existe una gran heterogeneidad de signos y síntomas que pueden aparecer en la
rosácea, y según el consenso alcanzado por un grupo de expertos para el
diagnóstico de rosácea deberían existir al menos uno de los llamados “signos
primarios” y uno de los llamados “signos secundarios”.
Los
signos primarios serían:
-Enrojecimiento
transitorio (lo que se suele conocer por “flushing”).
-Eritema
persistente (el enrojecimiento es continuo).
-Pápulas
(“granos rojizos sin pus”)
-Pústulas
(“granos con pus”)
-Telangiectasias
(pequeños vasos sanguíneos superficiales dilatados, que suelen aclararse al
presionarlos y al dejar de presionar vuelven a llenarse; serían como “varices
milimétricas”).
Los
signos secundarios serían:
-Quemazón/picor.
-Piel
seca.
-Edema
(hinchazón).
-Afectación
ocular.
-Localización
extrafacial.
-Fima:
engrosamiento de la piel; el más frecuente, de la nariz (“rinofima).
Tipos
de rosácea
Según
la aparición de esos signos y su expresividad, pueden diferenciarse diferentes
tipos de rosácea, lo cual tendrá implicación por su manejo distintivo. Los
fundamentales serían:
-Rosácea
eritematotelangiectáctica (o vascular): con flushing y eritema facial persistente.
-Rosácea
papular (o papulopustulosa): con eritema facial persisten y presencia
transitoria de pápulas y/o pústulas, con posible picazón o quemazón.
-Rosácea
fimatosa: con engrosamiento de la piel de la cara; lo más frecuente de la nariz,
pero posible en mentón, frente, párpados, orejas…
-Rosácea
ocular: con ojos llorosos y rojos por hiperemia conjuntival, escozor, sensación
de “cuerpo extraño” (de “tener algo metido en el ojo”), visión borrosa, y
posibles tealngiectasias en conjuntiva y párpados; pueden asociar chalazión/orzuelos.
-Rosácea
granulomatosa: Considerada una variante de rosácea más que un subtipo, y a
veces de más difícil diagnóstico, suele presentarse como pápulas eritematosas
en zona superior de la cara, frecuentemente en zona alrededor de ojos o nariz.
Igualmente, existen otras formas más infrecuentes de rosácea, y cuadros que pueden ser similares a una rosácea, por la que el diagnóstico y manejo de estos casos debe correr a cargo del dermatólogo.
Tratamiento
Si
bien actualmente no contamos con un tratamiento curativo, sí contamos cada vez
con más medios para, según cada caso concreto, lograr un control adecuado del
cuadro, y esto lo comentaremos en el siguiente post (enlace aquí al post sobre tratamiento).
Más
información:
-Sociedad
Nacional de Rosácea de Estados Unidos: www.rosacea.org/
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