jueves, 29 de diciembre de 2016

Alopecia Androgenética: La "Calvicie Común"

La Alopecia Androgenética (o “Androgénica”, “AGA”) constituye uno de los más frecuentes motivos de consulta al dermatólogo, siendo probablemente el más frecuente de aquellos relacionados con el cabello. Hay que tener en cuenta que su desarrollo se acompaña en muchos casos de trastornos emocionales que hacen que quien lo padece esté dispuesto en muchos casos a realizar tratamientos largos, e incluso cirugía (como el trasplante capilar) en ocasiones, y que algunos (habitualmente no dermatólogos) aprovechen esta tensión emocional para proponer tratamientos de dudosa eficacia y base científica, con desembolso económico que puede ser importante para el paciente.
Aprovechamos por tanto para recordar que el médico especialista en los trastornos que puedan afectar al pelo es el dermatólogo.

¿Cuál es su frecuencia?
Por otro lado, se trata de un trastorno de alta prevalencia: se calcula que antes de los 50 años de edad el 63% de los varones españoles tienen algún grado de AGA, aunque no es ni mucho menos un trastorno exclusivo de varones

¿Qué es? ¿Cómo se produce?
Se trata de una forma de alopecia (pérdida de pelo) no cicatricial (cuando se va produciendo no deja cicatriz) producida por una miniaturización progresiva de los folículos pilosos (los pelos cada vez se hacen más finos) del cuero cabelludo que sean sensibles a los androgénos (hormonas masculinas) circulantes, que lleva a una sustitución lenta y progresiva del pelo terminal por un “pelo velloso”. Así, el ciclo folicular cada vez originará pelos más cortos y finos, originando una progresiva reducción del tamaño del pelo hasta aparentemente desaparecer (los folículos siguen presentes, pero atrofiados), con la consiguiente disminución de la densidad capilar de las zonas afectas.
En el cuero cabelludo de un paciente con AGA se produce un acortamiento de la fase de crecimiento del pelo (anagen), apreciándose más pelos de lo habitual en fase de caída (telogen).
Para que se produzca la AGA debe existir una especial sensibilidad folicular a estos andrógenos, y concretamente a la 5-alfa-dihidrotestosterona. Esta sensibilidad está determinada genéticamente, sobre todo por el gen de los receptores androgénicos, y es por ello que se hablar de “Androgenética”. Hablar de “predisposición genética” (tendencia) no equivale necesariamente a hablar de “herencia”, aunque se calcula que 4 de cada 5 varones con AGA tienen padres calvos.

¿Cómo se expresa?
La AGA no es ni mucho menos exclusiva del varón, si bien en la mujer suelen existir características diferenciadoras (tanto en su forma de presentación como en su respuesta a los tratamientos), y es más frecuente tras la menopausia.
Así, en la Alopecia Androgenética Femenina (FAGA) suele haber pérdida de cabello más difusa que en la Masculina (MAGA), manteniéndose la línea de implantación del pelo (en la frente y sienes), mientras en el varón lo más frecuente es comenzar notando esta pérdida de densidad capilar en la línea de implantación frontoparietal (“las entradas”) y posteriormente en el vértex (“la coronilla”).  En cualquier caso, hallazgos típicos de la FAGA pueden apreciarse también en varones, y típicos de la MAGA en mujeres.

¿Cuál es su intensidad? Clasificaciones
Existen diferentes clasificaciones propuestas para procurar establecer la intensidad de la alopecia y poder valorar su evolución en el tiempo, y probablemente la más usadas sean las de Hamilton-Norwood en varones y Ludwig en mujeres (americanas) y de Ebling y Olsen (europeas).
Escala de Hamilton-Norwood


                                                                  Escala de Ebling

Escala de Ludwig

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de AGA suele realizarse habitualmente de forma sencilla por un dermatólogo experimentado en Tricología, y esto se hará mediante una completa historia clínica incluyendo anamnesis (tiempo de evolución, antecedentes familiares, etc) y una correcta exploración física, incluyendo (en mujeres) maniobras como son los “signo del arrancamiento” y “signo de la tracción” o el “signo del pellizcamiento” en casos avanzados, y actualmente los dermatólogos encontramos una gran ayuda con el uso del dermatoscopio, técnica rápida, sencilla y no invasiva que aplicada al pelo se conoce como “tricoscopia” y que aportará signos que permitan confirmar el diagnóstico de AGA y descartar otros tipo de alopecia.
Existen en cualquier caso muchos otros métodos usados, que incluyen (entre otros) el fototricograma, algo engorroso, en que hay que rasurar y teñir una zona para luego controlar mediante fotografías el crecimiento de pelos de la zona de forma periódica, o el tricograma, técnica que para ser realizada de forma correcta también requiere determinadas condiciones. Técnicas aparentemente más fáciles e innovadoras basadas en la tecnología, como el Trichoscan®, parecen presentar de momento importantes limitaciones, y realizar una biopsia cutánea es necesario sólo en casos excepcionales.

¿Es sólo un problema estético?
Pero en los últimos años se ha comprobado que el diagnóstico de AGA no sólo implica el diagnóstico de un problema estético con posible afectación a nivel de la autoestima, sino que se ha asociado con predisposición a presentar alteraciones a otros niveles, como son problemas de próstata (hiperplasia benigna de próstata, y en caso de AGA precoz en el varón, también a cáncer de próstata), enfermedad cardíaca coronaria, aumento de la insulina en sangre y alteraciones asociadas a la resistencia a insulina, como son obesidad, hipertensión arterial y dislipemia (elevación de colesterol y/o triglicéridos), y en definitiva, al llamado “síndrome metabólico”, que engloba un conjunto de factores de riesgo modificables que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular en el tiempo. Por todo ello, en casos de AGA (sobre todo en casos de AGA intensa y precoz) sería conveniente recomendar al paciente estilos de vida saludables y controles periódicos.

Pinceladas del tratamiento
Respecto al tratamiento, aunque no ahondaremos en el mismo en este post, sí que debemos apuntar que actualmente existen escasos tratamientos que cuenten con una base científica sólida, los resultados dependerán en gran medida del compromiso del paciente, siendo fundamental la constancia en el cumplimiento del tratamiento prescrito, que frecuentemente se pautará de forma "indefinida". Por otro lado, los resultados serán más favorables cuanto antes se comience el mismo y las modalidades de tratamiento suelen variar entre hombres y mujeres.

Más información:
-Alopecias por miniaturización folicular. Alopecias androgenéticas. Capítulo en: Tricología. Enfermedades del folículo pilosebáceo. Tercera Edición (2013). Francisco M. Camacho. 

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