La piel del
neonato es fundamental en la adaptación a los grandes cambios que se producen
al nacer, desde un ambiente cálido húmedo y estéril
del útero, hacia un ambiente frío, seco y cargado de bacterias en el exterior.
Nuevos
hallazgos van permitiendo la creación de protocolos de cuidados de la piel del
recién nacido basados en la evidencia científica existente, al haberse
comprobado como la piel de recién nacidos sanos cumple con las funciones
básicas de la piel madura de adultos sanos: Así, esta piel parece preparada
para cumplir sus funciones básicas de prevenir la pérdida de agua, servir de
barrera con el medio externo y proteger contra la radiación solar.
En la piel del recién nacido a término es fundamental la vérnix caseosa, una gruesa capa blanquecina formada en el tercer
trimestre de embarazo que contiene agentes antimicrobianos como lisozima y
lactoferrina, que es muy hidratante y que parece favorecer la formación del
"manto ácido" protector de la piel. En algunos centros se retira esta
capa inmediatamente tras el parto, aunque teniendo en cuenta dichas propiedades
comentadas debería reconsiderarse esta actitud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
mantenerla al menos por 6 horas tras el parto,
a menos que haya riesgo de transmisión de alguna enfermedad por los restos de
sangre materna.
La piel del neonato es seca, descendiendo su hidratación
significativamente el primer día tras nacer, aumentando luego progresivamente
durante las dos primeras semanas. Una piel muy seca y descamación son hallazgos
frecuentes en recién nacidos post-término (nacido tras más de 40 semanas), y
esto se relaciona con menor cantidad de vérnix caseosa al nacer. En los
prematuros y neonatos de bajo peso presentan una pobre barrera epidérmica con
riesgo de mayor permeabilidad a agentes externos e infecciones. Los grandes
prematuros nacidos tras menos de 28 semanas de gestación no tienen vérnix
caseosa. La humedad de la incubadora facilita la maduración del estrato córneo.
Respecto al baño, existe evidencia que señala que el baño no es perjudicial para la salud del recién nacido; se recomienda que se realice a una temperatura adecuada
(38ºC), y los neonatos parecen tolerar mejor un baño “completo” (en bañera), y
con se deben evitar baños con excesiva frecuencia: así, 1-2 baños/semana parece una frecuencia razonable
en las primeras semanas de vida. Los productos
de higiene suelen contener sustancias que quitan la suciedad al enjuagar, pero
que también pueden dañar las grasas de la superficie de la piel, aumentando la
permeabilidad cutánea y originando irritación con más o menos intensidad. Añadir al agua un jabón líquido suave o syndets (en poca cantidad) se demostró mejor que usar agua sola.
Los syndets (synthetic detergent), también conocidos como “jabón sin jabón” son
detergentes aniónicos suaves hidrófilos y lipofílicos que rodean estructuras
que rodean a la suciedad que luego se eliminará con el agua. Se recomienda realizar luego un buen enjuagado.
Sobre el cuidado de la piel del pañal, debemos tener en
cuenta que ésta es una piel expuesta a diferentes factores como son el exceso
de humedad, la orina, las heces, el roce, el aumento de pH… que pueden dañarla
al alterar las grasas de la capa córnea favoreciendo la mayor permeabilidad
cutánea y la inflamación epidérmica. Evitar una humedad excesiva es fundamental para mantener
sana la piel de la zona. Para lograrlo es
fundamental el uso de pañales adecuados: los actuales pañales con tecnología
superabsorbente y cubierta transpirable consiguen reducir la humedad y mantener
un pH más bajo, y así se originan menos (y de menor intensidad) dermatitis, y
secundariamente menos sobreinfecciones. Diferentes cremas se han desarrollado
para el cuidado de esta zona, favoreciendo una mayor rapidez y capacidad de absorción
y contención de los posibles agentes irritantes. Deben evitarse el uso de
cremas de antibióticos en la zona si no han sido prescritos por un médico. Para la higiene de la piel del área de pañal se
recomiendan gasas/toallas suaves, agua y limpiadores grasos, mejor que higiene
sólo con agua. Las toallitas usadas deben contener sólo sustancias esenciales,
ser libres de alcohol y de posibles alérgenos/irritantes como los derivados de isotiazolinona (como Kathon CG),
fragancias, etc.
Respecto al uso de hidratantes/emolientes, diferentes estudios mostraron que cremas con aceite de
oliva, lanolina, petrolatum... facilitaban el desarrollo de la barrera cutánea en
prematuros de más de 29 semanas, e igualmente algún estudio promulgó su posible
utilidad preventiva respecto a la aparición de dermatitis atópica en recién
nacidos con alto riesgo de desarrollarla, mientras que un estudio multicéntrico mostró que la aplicación de emolientes en grandes prematuros podría presdisponer a éstos a infecciones del medio hospitalario.
Más información:
-Visscher MO, Adam R,
Brink S, Odio M. Newborn infant skin: physiology, development, and care. Clin
Dermatol. 2015 May-Jun;33(3):271-80.
-Dyer JA. Newborn skin
care. Semin Perinatol. 2013
Feb;37(1):3-7.
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