La mayoría de casos de dermatitis
atópica pueden ser controlados mediante el uso de tratamiento tópico (cremas),
usando emolientes (hidratantes) como mantenimiento y corticoides tópicos en
caso de brotes. Sin embargo, en algunos casos el tratamiento tópico se antoja
insuficiente, y es necesario recurrir a tratamientos sistémicos (inmunosupresores)
–no exentos de posibles efectos adversos y que precisan controles- o a la
fototerapia –no disponible en todos los centros, y que requiere de tiempo para
poder completar las sesiones-.
La técnica de vendajes húmedos (TVH,
técnica de gasas o compresas húmedas, Wet wrap therapy) es una opción
terapéutica a tener en cuenta para procurar control de los brotes de dermatitis
a corto plazo antes de recurrir al uso de inmunosupresores o fototerapia.
De hecho, en las guías de consenso para el tratamiento de la dermatitis atópica publicadas en la revista de la Academia Europea de Dermatología en 2018 consideran a la TVH como una alternativa en el tratamiento de la Dermatitis Atópica moderada, al mismo nivel que el uso de tacrolimus, esteroides tópicos de media/alta potencia o la fototerapia y se le otorga a su uso un alto grado de recomendación en el control de los brotes.
Es una técnica de tratamiento que
básicamente consiste en la aplicación sobre la piel dañada (habitualmente, en
relación a eccemas) de una mezcla de crema hidratante y crema con corticoide,
sobre la cual se aplicará una capa de tejido (vendas o prenda de ropa)
humedecida, sobre la cual a su vez se colocará una nueva capa de tejido seco.
En cualquier caso, existen diferentes modalidades de tratamiento.
Frecuentemente se recomienda que
el niño (o adulto) a tratar tenga previamente un baño o una ducha, y tras
salir, secar la piel a medias, para favorecer la humedad que es parte básica de
la técnica.
Respecto a las cremas aplicadas
sobre la piel alterada, lo más habitual es que se trate de un corticoide
diluido en crema hidratante (generalmente una parte de corticoide por varias
(una a nueve) partes de crema hidratante, aunque algunos estudios se han
realizado usando el cortioide sin diluir, o incluso con emolientes
(hidratantes) sin corticoide asociado. Por lo general se usan corticoides de
potencia débil o media, aunque en algunos casos se han usado corticoides de
alta potencia. Habitualmente, si el corticoide es de más alta potencia, se
suele recomendar su uso más diluido respecto al hidratante.
Una vez se aplicó la crema, la
primera capa (humedecida) puede corresponder a un vendaje de algodón, a gasas,
compresas… pero también a una prenda de ropa (por ejemplo, un pijama) que
preferiblemente le quede algo estrecha al paciente, capa sobre la cual ya se
colocará la otra capa de tejido ya seca. Recientemente un estudio propuso que
esta primera capa de tejido humedecida fuese pasada brevemente por la secadora
antes de ser aplicada sobre la piel, lo cual podría disminuir mucho la
sensación de incomodidad asociada a la humedad. Algunos autores también proponen
como alternativa que esta primera capa de tejido se coloque seca, siendo luego
pulverizada con agua templada concretamente en las zonas donde se aplicó la crema.
Existen múltiples vídeos
tutoriales sobre la técnica.
Sobre el tiempo de duración de
los ciclos de tratamiento con TVH, no suelen sobrepasar las dos semanas,
dejando los vendajes aplicados sobre la piel por 8-24 horas al día.
En algunos centros (sobre todo en
el norte de Europa) esta técnica suele realizarse bajo ingreso hospitalario del
paciente, si bien por lo general en nuestro medio suele recomendarse para su
uso domiciliario. En cualquier caso, el uso de esta técnica debe ser siempre indicada
por un médico, quien le explicará la forma concreta en que deberá realizarla, y
que deberá supervisar la evolución del proceso.
De forma teórica, su efectividad
parece relacionada con lograr una mejor penetración del corticoide, logrando
además una menor pérdida transepidérmica de agua y actuando como barrera física
que impide el rascado.
Varios estudios han mostrado
resultados prometedores del uso de TVH en el manejo de la Dermatitis Atópica, con
altas tasas de efectividad (con mejores resultados a los obtenidos aplicando el
corticoide tópico de la manera convencional) y buen perfil de seguridad. La
mayoría de estudios en que se evaluó la técnica fueron desarrollados sobre
niños con dermatitis atópica, aunque también hay estudios centrados en adultos.
Además la TVH también
se ha aplicado en el tratamiento de otros trastornos cutáneos, incluyendo dermatitis
inespecíficas, eccemas numulares, eccema crónico de manos, eritrodermias,
psoriasis, prurito, linfomas cutáneos-síndrome de Sezary, dermatomiositis, prúrigo
nodular, pitiriasis rubra pilar y un amplio abanico de enfermedades ampollosas
autoinmunes.
En cualquier caso, el
número de pacientes tratados en estos estudios fue bajo, y aunque parece un
método seguro de tratamiento, debemos tener en cuenta que entre sus potenciales
efectos secundarios se encuentran aquellos derivados de la posible absorción sistémica
(más allá de la piel) de los corticoides (incluso originando supresión del eje
hipotálamo-hipofisario), que parece directamente relacionada con la cantidad
total de corticoides usada y su concentración (siendo mucho más improbable ante
corticoides muy diluidos). También se ha descrito un discreto aumento de las infecciones
cutáneas bacterianas en los pacientes tratados (favorecidas por el propio corticoide y la oclusión de la
piel), y puede existir una cierta incomodidad asociada al tratamiento, además
de ser una técnica que requiere cierto tiempo para ser aplicada.
En 2017 se publicó por parte de
investigadores españoles una revisión sistemática de lo publicado acerca de la
TVH en dermatitis atópica, y con esta se concluyó que existía una pobre calidad
de la evidencia de estos estudios, por lo que se recomendó la realización de nuevos
ensayos clínicos con mayor calidad metodológica (más pacientes, comparación con
otras alternativas de tratamiento aparte de corticoides tópicos, más búsqueda
activa de posibles efectos adversos asociados, más tiempo de seguimiento…) con
los cuales poder obtener conclusiones aún más fiables.
Más información:
-González-López G,
Ceballos-Rodríguez RM, González-López JJ, Feito Rodríguez M, Herranz-Pinto P. Efficacy
and safety of wet wrap therapy for patients with atopic dermatitis: a systematic
review and meta-analysis. Br J Dermatol. 2017;177:688-695.
-Janmohamed SR, Oranje AP,
Devillers AC, Rizopoulos D, van Praag MC, Van Gysel D, Goeteyn M, de Waard-van
der Spek FB. The proactive wet-wrap method with diluted corticosteroids versus
emollients in children with atopic dermatitis: a prospective, randomized,
double-blind, placebo-controlled trial. J Am Acad Dermatol. 2014;70:1076-82.
-Andersen RM, Thyssen JP, Maibach
HI. The role of wet wrap therapy in skin disorders – a literature review. Acta
Derm Venereol. 2015;95:933-9.
-Xu W, Li Y, Chen Z, Liu T, Wang
S, Li L. Wet-wrap therapy with halometasone cream for severe adult atopic
dermatitis. Postgrad Med. 2018;130:470-476.
-Wollenberg A, et al. Consensus-based European guidelines for treatment of atopic eczema (atopic dermatitis) in adults and children. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2018;32:657-82.
¡Gracias por compartir esta información tan detallada sobre la técnica de vendajes húmedos en el manejo de la dermatitis atópica! Es fascinante ver cómo la combinación de tratamientos puede ofrecer alternativas efectivas para controlar los brotes de esta afección cutánea. La crema dermatitis atópica, especialmente cuando se combina con esta técnica, parece jugar un papel crucial en proporcionar alivio a los pacientes. Es alentador ver cómo la comunidad médica sigue explorando y refinando estas opciones para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta condición.
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